viernes, 22 de junio de 2012

La pelea en Roma


barrio tranquilo de grandes villas y jardines de Roma, cerca de los muros de la Villa Albani, y sucede algo de lo que tardo en darme cuenta. A nuestro lado, cerca de la fachada, como amparándose o escondiéndose en nosotros, va un hombre pequeño y muy moreno, uno de tantos emigrantes que pululan por Roma vendiendo bolsos pirateados y baratijas, yendo de mesa en mesa por los restaurantes sin obtener nada. 
Tiene los ojos muy negros dilatados por el miedo. De lo que tiene miedo es de un gigantón rubio que le grita cosas desde la otra acera: tosco, con la cabeza pelada, en bermudas y camiseta, ronco de tanto gritar, los ojos claros enrojecidos, quizás borracho. Le llama negro de mierda y le dice que deje de joderlo y que se vaya a su país de mierda. Le dice otros insultos que yo no llego a entender. Cruza la acera y al verlo venir el otro echa a correr. El gigantón lo acorrala.
De cerca se ve que también es un desgraciado: está borracho, es pobre, también es extranjero. 
En la cara de terror del hombre pequeño está todo el desamparo del emigrante perdido muy lejano del suyo en el que no entiende nada, en el que no tiene nada. 
Más tarde, por la ventanilla de un taxi, veo al gigante de cabeza pelada dando vueltas entre el tráfico, rebuscando entre la basura de una papelera.
Me permito hacer mi aportación a esta historia.
En estas aguas, algunas veces hay peleas y otras, basta sólo con enseñar los dientes. El pez pequeño teme a los tiburones pero siempre hay un pez más grande en el mar al que teme el tiburón.
¿Se acuerdan del sermón del cocinero a los tiburones que devoran la ballena muerta?
_No os culpo tanto por vuestra voracidad, queridos hermanos, eso es natural y no puede remediarse. Lo interesante es dominar ese carácter tan malvado. Sois tiburones, es cierto; pero si domináis lo que de tiburones tenéis, os convertiréis en ángeles. Porque todo ángel no es más que tiburón bien dominado. Escuchad, hermanos: procurar ser bien educados por una vez en la vida y comed como es debido. Digo que no le arranquéis la carne de la boca al compañero. ¿No tiene tanto derecho un tiburón como otro? ...Ya sé que algunos de vosotros tenéis una boca muy grande ...más grande que otros. Pero, después de todo, las bocas grandes significan, a veces, estómagos pequeños. De forma que el tamaño de la boca no es para tragar, sino para arrancar carne para los tiburoncitos chicos que no pueden meterse en el jaleo para coger su ración.
_Es inútil. Los muy canallas se empeñan en pelearse unos con otros, señor Stubb. No se enteran de una palabra. Es inútil predicarles a tan indecentes glotones como usted los llama, hasta que tengan la panza llena. Y su panza no tiene fondo; y cuando la tienen llena, tampoco oirán porque entonces se hunden en el mar y se duermen en el coral y no pueden oír nada más, nunca jamás. 
_¡Hermanos malditos!¡Armad el mayor jaleo de que seáis capaces!¡Llenaos la panza hasta que reviente y entonces...moríos!
No se puede hablar mejor ni tan claro sobre la condición humana. 
Ciertamente, unos y otros estamos en la misma posición de indigencia: el hombre pequeño y el gigantón rubio. 
¿A qué le teme el gigantón rubio? ¿A quién?
Cuarto Acto:
¿Y ahora qué? Pues en eso estamos, y es que lo va a determinar si esto se queda en tragicomedia, tragedia o tragedia-con-balcones-a-la-calle.
Por ahora y visto cómo cambia todo de un día para otro, nadie quiere mojarse mucho. Pese a eso, parece que casi todo el mundo está de acuerdo en que el euro peligra, y que para salvarlo hace falta un poco menos de austeridad y un poco más de liderazgo por parte de Alemania (no faltan planes más detallados).
Soros cree que la desapareción del euro sería terrible para todo el mundo, Alemania incluida, tanto por el dinero que sus bancos tienen prestado por ahí como por el daño que haría a su capacidad de exportar, y que por lo tanto al final hará lo necesario para salvar la situación.
El miedo es que puede que haga lo justo y necesario para ir tirando sin más, lo que empeoraría la diferencia entre los países competitivos que tiran del carro y el resto, agobiados por las deudas, incapaces de reformar su economía y necesitados constantemente de ayuda económica.
Y ahí andamos.

La UE destinará 130.000 millones a un nuevo plan para el crecimiento

MIGUEL GONZÁLEZ / EL PAÍS Roma / Madrid 2435
Los cuatro grandes de la zona euro aceptan la propuesta francesa de aportar un 1% del PIB a impulsar la economía

Rajoy, Hollande, Merkel y Monti, en la rueda de prensa en Roma. / A. M. (AP)

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