sábado, 25 de agosto de 2012

Si quieres que yo tenga vida


Capítulo XXXIII
Donde se cuenta la novela del Curioso impertinente

Presentación de los dos amigos y de la doncella.

En Florencia, Toscana,  Anselmo y Lotario, dos caballeros ricos y principales, y tan amigos.
Anselmo era algo más inclinado a los pasatiempos amorosos. Lotario a la caza. Andaban tan a una sus voluntades.
Camila. Doncella principal y hermosa  hija de tan buenos padres, y tan buena ella por sí, que se determinó, con el parecer de su amigo Lotario, sin el cual ninguna cosa hacía, de pedirla por esposa. El que llevó la embajada fue Lotario, y el que concluyó el negocio.

Empiezan los cambios. La razón.

Comenzó Lotario a descuidarse con cuidado de las idas en casa.
Es tan delicada la honra del casado, que parece que se puede ofender aun de los mismos hermanos, cuanto más de los amigos.
Anselmo. Formó de él quejas grandes. Si él supiera que el casarse había de ser parte para no comunicarle como solía, que jamás lo hubiera hecho.Que volviese a ser señor de su casa y a entrar y salir en ella como de antes, asegurándole que su esposa Camila no tenía otro gusto ni otra voluntad que la que él quería que tuviese.

El acuerdo. Reservas de Lotario.

Concierto que dos días en la semana y las fiestas fuese Lotario a comer con él; y  Lotario de no hacer más de aquello que viese que más convenía a la honra de su amigo. Cuidado había de tener qué amigos llevaba a su casa, como en mirar con qué amigas su mujer conversaba.
También decía Lotario que tenían necesidad los casados de tener cada uno algún amigo que le advirtiese de los descuidos que en su proceder hiciese.
Lotario con toda solicitud y advertimiento miraba por la honra de su amigo, y procuraba diezmar, frisar y acortar. Los más de los días del concierto los ocupaba y entretenía en otras cosas, que él daba a entender ser inexcusables.

Reservas de Anselmo. Confidencia.

Vivo yo el más despechado y el más desabrido hombre de todo el universo mundo.  Tu secreto.
Lotario. Ya consejos para entretenerlos, o ya remedio para cumplirlos.
El deseo que me fatiga es pensar si Camila, mi esposa, [es tan] buena y tan perfecta como yo pienso, y no puedo enterarme en esta verdad si no es probándola de manera que la prueba manifieste los quilates de su bondad.
¿Qué hay que agradecer -decía él- que una mujer sea buena, si nadie le dice que sea mala? tiene marido que, en cogiéndola en la primera desenvoltura, la ha de quitar la vida. la que es buena por temor, o por falta de lugar.
Y cuando esto suceda al revés de lo que pienso, con el gusto de ver que acerté en mi opinión, llevaré sin pena.

Una proposición indecente.

Quiero, oh amigo Lotario, que te dispongas a ser el instrumento.Y muéveme, entre otras cosas, a fiar de ti esta tan ardua empresa, el ver que si de ti es vencida Camila, no ha de llegar el vencimiento a todo trance y rigor. Mi injuria quedará escondida en la virtud de tu silencio. Así que, si quieres que yo tenga vida


Respuesta de Lotario.

o no me conoces, o que yo no te conozco. Porque los buenos amigos han de probar a sus amigos, y valerse de ellos, como dijo un poeta: usque ad aras; que quiso decir que no se habían de valer de su amistad en cosas que fuesen contra Dios. La honra y la vida de su amigo.¿cuál de estas dos cosas tienes en peligro, para que yo me aventure a complacerte y a hacer una cosa tan detestable?
Ninguna, por cierto; antes me pides, según yo entiendo, que procure y solicite quitarte la honra y la vida, y quitármela a mí juntamente. Porque si yo he de procurar quitarte la honra, claro está que te quito la vida, pues el hombre sin honra peor es que un muerto; y, siendo yo el instrumento, como tú quieres que lo sea, de tanto mal tuyo, ¿no vengo a quedar deshonrado?
Tan descaminado y tan fuera de razonable. en darte a entender tu simplicidad, que por ahora no le quiero dar otro nombre, y aun estoy por dejarte en tu desatino.

Razones de Lotario para negarse a la voluntad de su amigo.

Si tú sabes que tienes mujer retirada, honesta, desinteresada y prudente, ¿qué buscas? Y si vencedora, ¿qué mejores títulos piensas darle después?
Si no la tienes por lo que dices, ¿para qué quieres probarla, sino, como a mala, hacer de ella lo que más te viniere en gusto? Mas si es tan buena como crees, impertinente cosa será hacer experiencia de la misma verdad.
El intentar las cosas de las cuales antes nos puede suceder daño que provecho es de juicios sin discurso y temerarios;el intentarlas es manifiesta locura.
Las cosas dificultosas se intentan por Dios, o por el mundo, o por entrambos.Es honra, gloria y provecho intentarlas, aunque tan llenas de inconvenientes y peligros.
Pero la que tú dices que quieres intentar y poner por obra, ni te ha de alcanzar gloria de Dios, bienes de la fortuna, ni fama con los hombres. Y si no sales, te has de ver en la mayor miseria que imaginarse pueda; bastará para afligirte y deshacerte que la sepas tú mismo.
Secretos morales dignos de ser advertidos y entendidos e imitados.

Ejemplos de Lotario para hacer entender a su amigo la insensatez de su propósito. Consideraciones sobre la mujer.

¿sería justo que te viniese en deseo de tomar aquel diamante, y ponerle entre un yunque y un martillo, probar si es tan duro y tan fino como dicen?
Sí, por cierto, dejando a su dueño en estimación de que todos le tengan por simple. Con cuánta razón te podrías quejar de ti mismo, por haber sido causa de su perdición y la tuya.
no hay joya en el mundo que tanto valga como la mujer casta y honrada.
todo el honor de las mujeres consiste en la opinión buena que de ellas se tiene. la mujer es animal imperfecto y que no se le han de poner embarazos donde tropiece y caiga, sino quitárselos para alcanzar la perfección que le falta, que consiste en el ser virtuosa.
el armiño es un animalejo que tiene una piel blanquísima, y que, cuando quieren cazarle los cazadores, usan de este artificio. Se está quedo y se deja prender y cautivar, a trueco de no pasar por el cieno y perder y ensuciar su blancura, que la estima en más que la libertad y la vida.
Es asimismo la buena mujer como espejo de cristal luciente y claro, pero está sujeto a empañarse y oscurecerse con cualquiera aliento que le toque. Hase de usar con la honesta mujer el estilo que con las reliquias: adorarlas y no tocarlas. que nadie le pasee ni manosee.

Hasta aquí las  razones para entender cómo perjudicaría a Anselmo. Ahora, las razones por las que perjudicaría a Lotario.

Lo que a ti te toca; y lo que a mí me conviene; quieres quitarme la honra, cosa que es contra toda amistad, procuras que yo te la quite a ti.cuando Camila vea que yo la solicito, como me pides, cierto está que me ha de tener por hombre sin honra. De que quieres que te la quite a ti, no hay duda, porque viendo Camila que yo la solicito, ha de pensar que yo he visto en ella alguna liviandad que me dio atrevimiento a descubrirle mi mal deseo, y, teniéndose por deshonrada, te toca a ti, como a cosa suya, su misma deshonra.nace lo quede su mujer saben con ojos de menosprecio, en cambio de mirarle con los de lástima. Con justa razón es deshonrado el marido de la mujer mala, aunque él no sepa que lo es, ni tenga culpa, los buenos casados, que, aunque tienen dos almas, no tienen más de una voluntad. el marido es participante de la deshonra de la mujer por ser una misma cosa con ella. puedes buscar otro instrumento de tu deshonra y desventura; que yo no pienso serlo, aunque por ello pierda tu amistad, que es la mayor pérdida que imaginar puedo.
virtuoso y prudente Lotario

Determinación de Anselmo.

Voy huyendo del bien y corriendo tras el mal.yo padezco ahora la enfermedad que suelen tener algunas mujeres. Con sólo este principio quedaré contento, y tú habrás cumplido con lo que debes a nuestra amistad. estoy, determinado de poner en práctica esta prueba, no has tú de consentir que yo dé cuenta de mi desatino a otra persona.le podrás decir la pura verdad de nuestro artificio [superada la prueba].

Resolución de Lotario. Comienza el engaño. Incoherencia pensamiento y acción.

por evitar mayor mal, determinó de contentarle y hacer lo que le pedía, con propósito e intención de guiar aquel negocio de modo que, sin alterar los pensamientos de Camila, quedase Anselmo satisfecho; él tomaba a su cargo aquella empresa, Aconsejole que le diese músicas, que escribiese versos en su alabanza, y que, cuando él no quisiese tomar trabajo de hacerlos, él mismo los haría. A todo se ofreció Lotario, bien con diferente intención que Anselmo pensaba.
engañar a Anselmo sin ofender a Camila; importunó a Lotario que se quedase y le aguardase, Dijo también a Camila que no dejase solo a Lotario.
con el enemigo delante, que pudiera vencer, con sola su hermosura, a un escuadrón de caballeros armados; mirad si era razón que le temiera Lotario.
Lotario dijo que quería reposar.Anselmo halló a Camila en su aposento y a Lotario durmiendo.Lotario miente usando en esto del artificio que el demonio usa cuando quiere engañar a alguno que está puesto en atalaya de mirar por sí; Lotario decía que Camila le amenazaba que si de aquel mal pensamiento no se quitaba, que lo había de decir a su esposo.

Anselmo pide al amigo que vaya más lejos. Quería probar que Camila era distinta a todas. Inconsciente de que estaba poniendo a prueba la amistad y no sólo el amor. Intervención de “la suerte”. Anselmo también empieza a mentir y espía al amigo.

dijo Anselmo-; hasta aquí ha resistido Camila a las palabras; es menester ver cómo resiste a las obras: Lotario determinó de decirle que Camila estaba tan entera a las dádivas y promesas como a las palabras.
Pero la suerte, que las cosas guiaba de otra manera,
habiendo dejado Anselmo solos a Lotario y a Camila, como otras veces solía, él se encerró en un aposento, y por los agujeros de la cerradura estuvo mirando y escuchando. cayó en la cuenta de que cuanto su amigo le había dicho de las respuestas de Camila todo era ficción y mentira.

La desconfianza se descubre. Lotario no da un paso atrás.

¡Lotario, Lotario, y cuán mal correspondes a lo que me debes y a lo mucho que de ti confío! juró a Anselmo que desde aquel momento tomaba tan a su cargo el contentarle y no mentirle. Anselmo determinó de hacer ausencia de su casa por ocho días. Lotario le advierte: Mira que haces contra ti mismo. [la mujer] se sustenta sobre los débiles arrimos de su flaca naturaleza. Mira que el que busca lo imposible es justo que lo posible se le niegue. A Camila que tuviese cuidado de tratarle como a su misma persona. No tenía más que hacer que bajar la cabeza y obedecerle. Camila dijo que así lo haría, aunque contra su voluntad.

Una doncella que no puede ser amiga. Flaquezas de Lotario.

Doncella suya, llamada Leonela. no cumplía todas veces el mandamiento de su señora; antes los dejaba solos. Pero el provecho que las muchas virtudes de Camila hicieron, poniendo silencio en la lengua de Lotario, redundó más en daño de los dos, porque si la lengua callaba, el pensamiento discurría, y tenía lugar de contemplar parte por parte todos los extremos de bondad y de hermosura que Camila tenía.
Mirábala Lotario consideraba cuán digna era de ser amada, y esta consideración comenzó poco a poco a dar asaltos a los respetos que a Anselmo tenía. le hacía impedimento y detenía el gusto que hallaba en mirarla. Hacíase fuerza y peleaba consigo mismo por desechar y no sentir el contento que le llevaba a mirar a Camila. Culpábase a solas de su desatino, llamábase mal amigo y aun mal cristiano. más había sido la locura y confianza de Anselmo que su poca fidelidad.
al cabo de tres días de la ausencia de Anselmo, en los cuales estuvo en continua batalla por resistir a sus deseos, comenzó a requebrar a Camila. no por esta sequedad se desmayó en Lotario la esperanza, que siempre nace juntamente con el amor; antes tuvo en más a Camila.

Respuesta de Camila. Mala conciencia y resolución. 

determinó de enviar aquella misma noche, como lo hizo, a un criado suyo con un billete a Anselmo, donde le escribió estas razones:

Capítulo XXXIV
Donde se prosigue la novela del Curioso impertinente
si presto no venís me habré de ir a entretener en casa de mis padres, aunque deje sin guarda la vuestra. Porque la que me dejasteis, si es que quedó con tal título, creo que mira más por su gusto que por lo que a vos os toca.
[Anselmo contesta] él volvería con mucha brevedad.
Camila. Confusión porque en la quedada corría peligro su honestidad, y en la ida iba contra el mandamiento de su esposo.En fin, se resolvió en lo que le estuvo peor, que fue en el quedarse, temerosa de que Anselmo no pensase que Lotario había visto en ella alguna desenvoltura que le hubiese movido a no guardarle el decoro que debía. resistir callando a todo aquello que Lotario decirle quisiese, sin dar más cuenta a su marido, por no ponerle en alguna pendencia y trabajo.buscando manera cómo disculpar a Lotario con Anselmo, cuando le preguntase la ocasión que le había movido a escribirle aquel papel. Con estos pensamientos, más honrados que acertados ni provechosos.

Rendición de Camila. La roca también se vence por efecto del agua. El que busca su ruina, la encuentra. 

comenzó a titubear la firmeza de Camila, muestra de alguna amorosa compasión que las lágrimas y las razones de Lotario en su pecho habían despertado. Todo esto notaba Lotario y todo le encendía. Olvidar quincemil encantos es mucha sensatez. Me cuesta tanto olvidarte.
Finalmente, a Lotario le pareció apretar el cerco a aquella fortaleza. no hay cosa que más presto rinda y allane las encastilladas torres de la vanidad de las hermosas que la mesma vanidad, puesta en las lenguas de la adulación. Camila se rindió. Ejemplo claro que nos muestra que sólo se vence la pasión amorosa con huirla, y que nadie se ha de poner a brazos con tan poderoso enemigo, porque es menester fuerzas divinas para vencer las suyas humanas.

Un molesto testigo de las flaquezas. 

Sólo supo Leonela la flaqueza de su señora.
dijo Lotario-tienes una mujer que dignamente puede ser ejemplo y corona de todas las mujeres buenas.
déjate estar hasta que te vengan a pedir la deuda que no hay hidalguía humana que de pagarla se excuse.
Contentísimo quedó Anselmo así se las creyó le rogó que no dejase la empresa, aunque no fuese más de por curiosidad y entretenimiento, que le escribiese algunos versos en su alabanza, debajo del nombre de Clori, porque él le daría a entender a Camila que andaba enamorado de una dama. cuando Lotario no quisiera tomar trabajo de escribir los versos, que él los haría.
-dijo Lotario- los versos yo los haré, si no tan buenos como el sujeto merece, serán, por lo menos, los mejores que yo pudiere.

Segundo acuerdo de los dos caballeros. 

Quedaron de este acuerdo el impertinente y el traidor amigo. Lotario huía de verla y de estar con ella a solas. Díjole Anselmo que bien podía estar segura de aquella sospecha, porque él sabía que Lotario andaba enamorado de una doncella principal de la ciudad, a ella sin duda cayera en la desesperada red de los celos;
ayer hice un soneto a la ingratitud de esta Clori, que dice así:
demasiadamente cruel la dama que a tan claras verdades no correspondía. A lo que dijo Camila: -Luego ¿todo aquello que los poetas enamorados dicen, es verdad?
-En cuanto poetas, no la dicen -respondió Lotario-; mas en cuanto enamorados, siempre quedan tan cortos como verdaderos.
Camila, tan descuidada del artificio de Anselmo, como ya enamorada de Lotario.
Podré yo verme en la región de olvido,
de vida y gloria y de favor desierto,



Jugada de la doncella. Cómo sacar provecho de su secreto.

una vez, entre otras, sola Camila con su doncella, le dijo:
Leonela: - Y era forzoso que en ella se concluyese lo que el amor tenía determinado. Porque el amor no tiene otro mejor ministro para ejecutar lo que desea que es la ocasión; asegúrate que Lotario te estima como tú le estimas a él, y vive con contento y satisfacción de que ya que caíste en el lazo amoroso, es el que te aprieta de valor y de estima.El es, según yo veo y a mí me parece, agradecido, bueno, caballero, dadivoso, enamorado, firme, gallardo, honrado, ilustre, leal, mozo, noble, honesto, principal, quantioso, rico; y las SS que dicen. Y luego, tácito, verdadero. La X no le cuadra, porque es letra áspera. La Y ya está dicha. La Z, zelador de tu honra.
los descuidos de las señoras quitan la vergüenza a las criadas, las cuales, cuando ven a las amas echar traspiés, no se les da nada a ellas de cojear.
rogar a Leonela no dijese nada. hizo cierto el temor de Camila de que por ella había de perder su crédito. Porque la deshonesta y atrevida Leonela, después que vio que el proceder de su ama no era el que solía, atrevióse a entrar y poner dentro de casa a su amante
Que este daño acarrean, entre otros, los pecados de las señoras, que se hacen esclavas de sus mismas criadas, y se obligan a encubrirles sus deshonestidades y vilezas.


Celos y precipitación de Lotario. La desconfianza del desleal. 

Lotario no le viese una vez salir, al romper del alba. Pensó Lotario que aquel hombre que había visto salir tan a deshora de casa de Anselmo no había entrado en ella por Leonela, ni aun se acordó si Leonela era en el mundo. Sólo creyó que Camila, de la misma manera que había sido fácil y ligera con él, lo era para otro; antes que Anselmo se levantase, impaciente y ciego de la celosa rabia, que las entrañas le roía, muriendo por vengarse de Camila, que en ninguna cosa le había ofendido, se fue a Anselmo y le dijo:
-Sábete, Anselmo, la fortaleza de Camila está ya rendida. las promesas que me ha dado de que, cuando otra vez hagas ausencia de tu casa, me hablará en la recámara y no quiero que precipitosamente corras a hacer alguna venganza, pues no está aún cometido el pecado sino con pensamiento, Finge que te ausentas por dos o tres días, como otras veces sueles, y haz de manera que te quedes escondido en tu recámara, Anselmo comenzaba a gozar la gloria del vencimiento.
Prometióselo Lotario, y, en apartándose de él, se arrepintió totalmente de cuanto le había dicho, viendo cuán neciamente había andado, Al fin acordó de dar cuenta de todo a Camila.


Camila se confía con Lotario.

Leonela cada noche encierra a un galán suyo en esta casa, y se está con él hasta el día, el ser ella secretario de nuestros tratos me ha puesto un freno en la boca para callar los suyos, y temo que de aquí ha de nacer algún mal suceso.
Lotario vino a creer la verdad, y, en creyéndola, acabó de estar confuso y arrepentido del todo.él ordenaría remedio para atajar la insolencia de Leonela. Díjole asimismo lo que, instigado de la furiosa rabia de los celos, había dicho a Anselmo.


Reserva de Camila.

como naturalmente tiene la mujer ingenio presto para el bien y para el mal, más que el varón, puesto que le va faltando cuando de propósito se pone a hacer discursos,
Camila sin declararle del todo su pensamiento, le advirtió que tuviese cuidado que, en estando Anselmo escondido, él viniese cuando Leonela le llamase, -no queriendo Camila darle antes cuenta de lo que pensaba hacer,
quiero saber qué es lo que vieron en mí los atrevidos y deshonestos ojos de Lotario
Leonela- ¿qué es lo que quieres hacer con esta daga? ¿Quieres, por ventura, quitarte la vida o quitársela a Lotario?, ¿qué hemos de hacer de él después de muerto?
respondió Camila-; dejarémosle para que Anselmo le entierre,
Anselmo. detúvole el deseo de ver en qué paraba tanta gallardía y honesta resolución, con propósito de salir a tiempo que la estorbase.
Leonela. hasme de dar primero esa daga, porque no hagas cosa, en tanto que falto,
Camila. Pague el traidor con la vida lo que intentó con tan lascivo deseo. Sepa el mundo, si acaso llegare a saberlo, de que Camila no sólo guardó la lealtad a su esposo, sino que le dio venganza. no parecía sino que le faltaba el juicio y que no era mujer delicada, sino un rufián desesperado.
Todo lo miraba Anselmo, estando ya para manifestarse y salir, para abrazar y desengañar a su esposa, se detuvo porque vio que Leonela volvía con Lotario de la mano; y así como Camila le vio, haciendo con la daga en el suelo una gran raya delante de ella, le dijo:
-Lotario, advierte lo que te digo: si a dicha te atrevieres a pasar de esta raya que ves, ni aun llegar a ella, en el punto que viere que lo intentas, en ese mismo me pasaré el pecho con esta daga. quiero, Lotario, que me digas si conoces a Anselmo, mi marido, y en qué opinión le tienes.
-¿cuándo, ¡oh traidor!, respondí a tus ruegos con alguna palabra o señal que pudiese despertar en ti alguna sombra de esperanza de cumplir tus infames deseos? quiero atribuirme a mí la culpa de tu impertinencia,quiero castigarme y darme la pena que tu culpa merece. quiero matar muriendo, y llevar conmigo quien me acabe de satisfacer el deseo de la venganza
arremetió a Lotario con la daga desenvainada, con tales muestras de querer enclavársela en el pecho, que casi él estuvo en duda si aquellas demostraciones eran falsas o verdaderas
y guiando su punta por parte que pudiese herir no profundamente, se la entró y escondió por más arriba de la islilla del lado izquierdo, junto al hombro, y luego, se dejó caer en el suelo, como desmayada.
Estaban Leonela y Lotario suspensos y atónitos de tal suceso, acudió Lotario con mucha presteza, despavorido y sin aliento, a sacar la daga, y, en ver la pequeña herida, se admiró de la sagacidad, prudencia y mucha discreción de la hermosa Camila; comenzó a hacer una larga y triste lamentación sobre el cuerpo de Camila, como si estuviera difunta, echándose muchas maldiciones, no sólo a él, sino al que había sido causa de haberle puesto en aquel término.
Lotario no cesaba de hacerse cruces, maravillándose de la industria de Camila y de los ademanes tan propios de Leonela.
Camila Pedía consejo a su doncella si daría, o no, todo aquel suceso a su querido esposo, la cual le dijo que no se lo dijese, porque le pondría en obligación de vengarse de Lotario, Camila mejor será decirle la verdad desnuda,
Atentísimo había estado Anselmo a escuchar y a ver representar la tragedia de la muerte de su honra.

Anselmo pica el anzuelo. Reacción de Lotario. Nueva intervención de la fortuna. Quien persigue su suerte, su fortuna encuentra.

Lo cual escuchó Lotario sin poder dar muestras de alguna alegría; porque se le representaba a la memoria cuán engañado estaba su amigo, y cuán injustamente él le agraviaba. Anselmo veía que Lotario no se alegraba, creyó ser la causa por haber dejado a Camila herida y haber él sido la causa.
quería que no fuesen otros sus entretenimientos que en hacer versos en alabanza de Camila. Lotario dijo que él por su parte ayudaría a levantar tan ilustre edificio. Con esto quedó Anselmo el hombre más sabrosamente engañado que pudo haber en el mundo; Duró este engaño algunos días, hasta que al cabo de pocos meses volvió fortuna su rueda y salió a plaza la maldad con tanto artificio hasta allí cubierta, y a Anselmo le costó la vida su impertinente curiosidad.
Capítulo XXXV
Donde se da fin a la novela del Curioso impertinente.
pidió licencia Lotario para no venir a su casa, pues claramente se mostraba la pesadumbre que con su vista Camila recibía; mas el engañado Anselmo le dijo que en ninguna manera tal hiciese.
En fin, una noche sintió Anselmo pasos en el aposento de Leonela, vio que un hombre saltaba por la ventana a la calle,
Leonela: -No me mates, señor; que yo te diré cosas de más importancia de las que puedes imaginar.
de allí no saldría hasta que le dijese lo que tenía que decirle. Fue luego a ver a Camila y a decirle, como le dijo, todo aquello que con su doncella le había pasado,
Camila juntó las mejores joyas que tenía y algunos dineros, y, sin ser de nadie sentida, salió de casa y se fue a la de Lotario,
Lotario acordó de llevar a Camila a un monasterio
Anselmo sólo halló puestas unas sábanas añudadas a la ventana, indicio y señal, con esto acabó de caer en la cuenta de su desgracia, y en que no era Leonela la causa de su desventura. fue a dar cuenta de su desdicha a su amigo Lotario; mas cuando no le halló, y sus criados le dijeron que aquella noche había faltado de casa, y había llevado consigo todos los dineros que tenía, pensó perder el juicio. allí se estuvo hasta casi que anochecía, y aquella hora vio que venía un hombre a caballo de la ciudad, y, después de haberle saludado, le preguntó qué nuevas había en Florencia. llegó a casa de su amigo, que aún no sabía su desgracia; mas como le vio llegar amarillo, consumido y seco, entendió que de algún grave mal venía fatigado. comenzó a cargar tanto la imaginación de su desventura, que claramente conoció que se le iba acabando la vida; y, así, ordenó de dejar noticia de la causa de su extraña muerte; y comenzando a escribir, antes que acabase de poner todo lo que quería, le faltó el aliento y dejó la vida en las manos del dolor que le causó su curiosidad impertinente.

Moraleja y desenlace. Le desgracia se reparte.

"Un necio e impertinente deseo me quitó la vida. Si las nuevas de mi muerte llegaren a los oídos de Camila, sepa que yo la perdono, porque no estaba ella obligada a hacer milagros, ni yo tenía necesidad de querer que ella los hiciese; y pues yo fui el fabricador de mi deshonra, no hay para qué..."
Otro día dio aviso su amigo a los parientes de Anselmo de su muerte, los cuales ya sabían su desgracia.
el monasterio donde Camila casi en el término de acompañar a su esposo en aquel forzoso viaje, no por las nuevas del muerto esposo, mas por las que supo del ausente amigo. Dícese que, aunque se vio viuda, no quiso salir del monasterio, ni menos hacer profesión de monja, hasta que, no de allí a muchos días, le vinieron nuevas que Lotario había muerto en una batalla que en aquel tiempo dio Monsiur de Lautrec al Gran Capitán Gonzalo Fernández de Córdoba en el reino de Nápoles, donde había ido a parar el tarde arrepentido amigo, lo cual sabido por Camila, hizo profesión y acabó en breves días la vida a las rigurosas manos de tristezas y melancolías.
FIN



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