Educar a un niño no es hacerle aprender algo que no sabía, sino hacer de él alguien que no existía.
John Ruskin
Estos
son mis apuntes sobre la película Monsier Lazhar. No sigas leyendo si aún no la has visto:
Utilizar
el silbato para interrumpir las acciones disruptivas en lugar de
llamar al alumno por su nombre.
Madame
Vaillancourt, la directora del colegio: Nadie quiere venir [como
sustituto] después de lo ocurrido.
Madame
Dumas, la profesora que se ocupa
por un día del control de la clase: ¿Qué hago si alguien se pone
nervioso?
En
una situación así, lo normal es que el profesor recurra a la
asistencia del psicopedagogo del centro. En cualquier caso, ¿tan difícil resulta ponerse en la piel de uno de esos niños?
Madame
Vaillancourt: Shanel ha
tenido pesadillas y se niega a venir. Hoy es su último día.
Los
padres han decidido cambiarla de colegio. No enfrentarse al problema
sino eludirlo.
Simón
le ofrece una fotografía de la profesora a Alice y ella la rechaza:
Deberías habérsela dado a ella para pedir perdón.
Monsier
Lazhar visita a su abogado y le pregunta: ¿Te han mandado compota?
Son
las cosas de mi mujer.
Discúlpame
No
pasa nada.
Nadie
quiere hablar de un suceso trágico pero, lo cierto, es que todos
tienen necesidad de expresar sus sentimientos para asimilar lo que ha
ocurrido.
Monsier
Lazhar se mantiene permanentemente ocupado [con la mente ocupada en
otra cosa] incluso cuando hace gimnasia, para evitar el recuerdo doloroso y
enfrentarse a sus fantasmas.
Los
niños tienen menos recursos para asimilar lo que ha ocurrido. Una
profesora de primaria ocupa un lugar importante en la vida de un
niño. Es alguien que no sólo se ocupa de enseñar materias
educativas [contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales], sino que comparte y
dedica mucho tiempo al día y durante largos períodos a sus alumnos.
Puede decirse que, después de los padres, son los adultos que mejor
conocen o debieran conocer el carácter, las aptitudes, las
habilidades, el comportamiento de los escolares. Y como adultos,
desde luego, ofrecen un modelo a seguir para el niño. Representa o
debiera representar una figura a la que se debe respetar. No porque
represente a la autoridad en el aula sino porque el maestro merece
respeto como cualquier otra persona y porque es magister, porque
enseña [la ciencia, la materia] que sabe.
Es
complicado ser maestro porque al menos hay tres figuras a las que
como docente debes satisfacer: Dirección del centro, alumnos y
padres de alumnos. Los intereses no son los mismos en unos y otros. Y
hay que hacerlos compatibles.
Pero
en el aula se vive. Y el colegio es una escuela para la vida. No se
trata solo de obtener el título de graduado escolar o de
bachillerato o de lo que sea. Se trata de aprender todo aquello que
puede ayudar a vivir bien y mejor. Y, en esa tarea, maestros y padres
tienen que hacer equipo y trabajar conjuntamente, lo que no siempre
ocurre. El reconocimiento y el respeto no siempre se producen,
lamentablemente. De todo hay: maestros sin vocación, padres sin
vocación, niños desorientados y desatendidos, excelentes educadores
y padres implicados en la educación integral de sus hijos, no solo
preocupados por la nota o en el momento en el que se les informa de
que sus hijos tienen un déficit o van a repetir curso.
Monsier
Lazhar le da una colleja a Simón, el niño fotógrafo, por lanzar
algo contra una alumna.
Marie-Frédérique
protesta: Debería disculparse con Simón. No estamos en Arabia
Saudí.
Bajo
mi punto de vista aquí perdió una buena ocasión para disculparse e
iniciar un diálogo sobre derechos civiles. Qué derechos se
reconocen en Canadá que no se contemplan en otros muchos países. [Monarquía absoluta, teocracia, Sharia, libertades fundamentales prohibidas o restringidas].
Algunas
veces se pasa por alto que el alumno también juzga y evalúa al
profesor. Con 12 años los chavales ya tienen sentido crítico y
pueden dar fundamento a sus juicios.
Esta
niña tiene razón. No es correcto dar una colleja pero ¿por qué no
dice nada cuando Simón insulta a un compañero de la clase [lo llama
“retrasado”]? Prácticamente todos le ríen las gracias cuando
saca su cámara de fotos o le tira la gorra a su compañero.
Advierten que Simón se comporta mal, pero lo pasan por alto. La
única persona que le censura y trata de ponerle freno y hacerle
recapacitar es Alice.
La
psicóloga a Monsier Lazhar: preferiría que el profesor no estuviera
presente para separar la psicoterapia de la pedagogía. Así los
alumnos hablarán con libertad.
Ésta
sí que es buena. Separar la psicología de la pedagogía. En la
mayoría de los casos, al maestro le toca ser psicólogo y, en
algunos, hasta asistente social.
Reunión
de profesores varones en el pasillo: Esto es una feminocracia.
La
ley prohíbe que un profesor levante la mano a un alumno. Ningún
contacto. Nada. Tolerancia cero.
La
ley también prohíbe que un profesor pueda medicar a un niño. Por
ejemplo, darle una aspirina para paliar su dolor de cabeza.
Interesante
ver cómo hablan los niños sobre los adultos y cómo hablan los
adultos sobre los niños. Cómo se dirigen a ellos, si lo hacen o no
con respeto. Generalmente, no se trata a los niños de doce años
como adultos. Monsier Lazhar, y no es el único, tiene problemas para
adecuar su vocabulario al de los chavales de esa edad.
Una
de las profesoras, en un momento de tensión asevera refiriéndose a
Simón y en su presencia: Este niño no es normal.
No dice: su comportamiento no es correcto. Juzga al niño, no su comportamiento.
Él
mismo dice: Me preocupan los niños. Siempre los imagino como adultos
que siguen hablando como niños.
Hay
un tema clave en la película: el de la libertad de expresión. Hay
una identificación de Monsier Lazhar con sus alumnos en base al
drama personal que él mismo está tratando de superar.
-Las
amenazas eran contra su mujer, ¿verdad?
-Sí,
tras la publicación de su libro.
-Ya
no estamos en los noventa. Argelia ha vuelto a la normalidad.
-Argelia
nunca es totalmente normal.
-El
libro critica la política de reconciliación nacional. Amnistiaron a
muchos criminales y asesinos. Y cuando una mujer alza la voz molesta.
_Ella
debía irse a Tunez con los niños escondida en un camión de
reparto. Esa noche el piso se incendió. Por fuerza, alguien tuvo que
enterarse. Todos fueron asesinados.
Esto
me recuerda algo importante que leí en El aprendizaje de la creatividad de José Antonio
Marina:
“Para fomentar el talento y la creatividad de los niños es esencial que los profesores [padres también] generen ambientes de comunicación donde los alumnos [hijos] se sientan acogidos, estimulados para que expresen sus opiniones, emociones y sentimientos y que éstos se asuman como parte del proceso de aprendizaje, es decir, el profesor debe propiciar una relación con los alumnos en la que se sientan libres para preguntar, para generar opiniones diferentes, estimular la participación, donde todos los alumnos tienen los mismos derechos y no penaliza el error, sino verlo como un componente más del propio aprendizaje. Esto último es de mucha importancia.” [Klaus K. Urban]
¿Por
qué se castiga a Simón por el episodio de violencia con Víctor?
¿Es un tratamiento adecuado del problema? No se analizan las causas
del incidente. Se decide una penalización y que le trate un
especialista. No son necesarios tantos especialistas. Sólo se trata
de aplicar el sentido común. La Dirección del centro no está
tratando el incidente de la manera adecuada. Se ha pedido
silenciarlo, blanquearlo todo, hacer como si no hubiera pasado,
cualquier cosa que se dice se torna una ofensa hacia la profesora,
una falta de respeto...
Me
gusta especialmente la escena en la que Simón y Alice exponen sus
trabajos de clase sobre el colegio. Uno habla de los graffittis y la
violencia. Ponen barrotes para evitar el vandalismo, dice. [Visión
de la escuela como una cárcel, como una guardería. Te encierran y
custodian hasta que vuelven tus padres a buscarte.]
La
visión de Alice: Mi madre decía que la escuela era bonita. Yo la
encontraba correcta. Seis años después yo también la encuentro
bonita. Nos cuidan. Hay niños agresivos e hiperactivos. En esta
bonita escuela es donde Martine se mató. Estaba decepcionada de la
vida. Lo último que hizo fue derribar una silla de una patada.
Cuando somos violentos se nos castiga pero a Martine no la podemos
castigar porque está muerta.
[La
escuela tiene una parte de instrucción, de domesticación, de
aprender buenas maneras y controlar las emociones. Alice juzga que
Martine no se ha comportado de un modo correcto. No ha sido capaz de
superar un estado crítico de frustración. Tiene una visión del
suicidio como debilidad. No ha sabido hacer frente a una situación
desesperada.]
También
se menciona la importancia de la expresión del duelo.
No
es posible tener una relación aséptica profesor-alumno. Tiene que
haber una implicación. No puede dar igual que el niño aprenda o no,
que no te afecten sus circunstancias personales.
Profesores
y alumnos son personas y lo personal se lleva a la escuela. No se
trata de que el profesor vuelque al alumno y le participe su drama
personal. Lo personal es una mochila que arrastramos adonde vamos
porque no somos máquinas. Nos mueven los afectos. Tenemos
sentimientos y debemos expresarlos.
Monsier
Lahzar pide permiso a Madame Vaillancourt para publicar la redacción
de Alice porque detecta que hay una necesidad de hablar de lo que
ocurrió. La respuesta es tajante: No toleraré ninguna
insubordinación. No queremos revuelo.
¿Cree
que la señora Chance [Martine] respetó a sus alumnos al ahorcarse
en el aula?
Reunión
tutor-padres de alumnos: Con los padres de Marie-Frédérique.
Piensan que el profesor juzga a su hija y no escuchan. No tienen
actitud de colaboración sino de defensa y ataque. ¿Rígida? Nuestra
hija no es rígida, es fuerte. Usted no es de aquí,... [prejuicios].
Preferimos que se limite a enseñar no a educar a nuestra hija.
¿No
ocurre a menudo lo contrario? Los adultos preguntan: ¿No te han
enseñado en el colegio buenos modales? Generalmente se espera que en
la escuela también se hagan cargo de la educación cívica. En este
caso, los padres ponen un límite porque están juzgando mal al
profesor. Están pensando: ¿Cómo va a enseñar un argelino normas
de conducta, tradiciones y valores adecuados a nuestra hija?
Clase
de teatro y la importancia de la expresión corporal. ¿Por qué los
niños deberían aprender a representar? Vuelvo al libro de José
Antonio Marina, El aprendizaje de la creatividad: para aprender a
expresarse correctamente, educar la personalidad: fortalecer recursos
cognitivos, emocionales y sociales, enriquecer sus experiencias
mediante la actividad creadora; educar a ciudadanos, entrenar un
conjunto muy amplio de habilidades: generación de ideas, esfuerzo
para llegar al objetivo, el compromiso con la actividad, la
responsabilidad de sacar adelante el proyecto, habilidades de
comunicación; participación en la elaboración de un proyecto
común, desarrollar el conocimiento de uno mismo y de su cuerpo;
promover habilidades de comunicación, El uso total de la palabra
para todos.
Hay
también un tema importante en la película: la relación entre los
docentes, la interdisciplinariedad. El viejo asunto de las
asignaturas como compartimentos estanco. ¿Puede y debe un profesor
de historia criticar el trabajo del compañero de matemáticas? ¿Se
aceptan estas críticas o resultan molestas e inadecuadas?
Monsier
Lazhar ofrece su opinión a Claire
Lajoie sobre la obra que están ensayando del dr. Livingstone: ofrece
una visión romántica de la época colonial.
Un
discurso revelador el del profe de gimnasia: Le das una palmadita de
ánimo y ya tienes juicio. Parece que tratamos con material
radioactivo.
La
directora concluye: Podemos ayudar a Simón o pasarle el problema a
otros. Yo creo que ese niño aún es nuestro.
Los
niños están sobreprotegidos y, al mismo tiempo, en una situación
muy vulnerable porque en algunos casos los padres no les dedican
prácticamente tiempo. Ciertamente, los profesores no pueden llenar
el vacío de un padre o madre ausentes. Los profesores tienen un rol
hasta cierto punto incompatible con el del tutor. Lo he hablado en
alguna ocasión con profesores y maestros que han rechazado
expresamente tener a sus hijos en clase.
También
me doy cuenta cuando realizo actividades de refuerzo con mis hijas.
La mayor rechaza mi rol como profesora de forma insistente. Ella
piensa: mi madre puede ayudarme en las tareas porque conoce esta
materia pero mi maestra es la que sabe de esto, la que me explica del
modo adecuado cómo se hace esto.
La
fábula del cordero y el lobo. El juego en el patio del rey de la
montaña. La razón del más fuerte es siempre la mejor. Monsier
Lazhar le pide a sus alumnos que redacten una fábula que tenga como
tema la injusticia.
La
condición de refugiado no puede compararse con la de un simple
emigrante. No es lo mismo un exilio, vivir amenazado de muerte y sin
documentos que desplazarte voluntariamente a otro país, vivir la
experiencia de un cambio de residencia, etc.
Monsier
Lazhar intenta explicárselo a Claire
Lajoie. El exilio no está en el programa de estudios.
Pero
eso es un viaje, al fín y al cabo, dice ella.
Creo
que la réplica la expresa cuando le habla a los chicos de lo que
significa un aula: un espacio de amistad, trabajo común y convivencia. No es un
espacio para adoctrinar y descargar la pesada mochila que uno lleva a
los niños que están empezando a descubrir el mundo. El profesor
tiene que ser optimista y contagiar positividad: eliminar desidia,
pesimismo, exceso de comodidad, rutina, miedo a la novedad, falta de
interés, aburrimiento, pereza, depresión.
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