En los escarabajos, estos élitros ocultan unas finas alitas que pueden desplegarse y transportar al escarabajo por millas y millas en torpe vuelo. Aunque parezca extraño, el escarabajo Gregor no llega a descubrir que tiene alas bajo el caparazón de su espalda (ésta es una observación más que quiero que atesoréis toda vuestra vida. Algunos Gregorios, algunos Pedros y Juanes, no saben que tienen alas).
Curso de literatura europea, Nabokov
“También
al héroe de mi cuento le han ido hoy las cosas excesivamente mal”,
le contó Kafka a Felice en una carta del 23 de noviembre de aquel
año. Le acababa de advertir que el cuento le daría “un miedo
espeluznante”. El 24 insiste: “Mi amor, pero qué extremadamente
repulsiva es la historia que acabo de apartar a un lado para
recuperarme pensando en ti. Ha avanzado ya hasta un poco más de la
mitad, y en conjunto no estoy descontento de ella, pero en cuanto a
nauseabunda, lo es de un modo ilimitado, y cosas como esas, te das
cuenta, provienen del mismo corazón en el que tú habitas y toleras
como morada”.
Quiero
hablar de la fantasía, de la realidad, y de su interrelación. […]
Sobre La Metamorfosis de Kafka (1883-1924) que escribió en el otoño de 1912 y que relaciono con la persecución de los judíos en la Alemania Nazi (1932-1945)
Como si Kafka se hubiera podido anticipar a lo ocurrido dos décadas después.
Como si Kafka se hubiera podido anticipar a lo ocurrido dos décadas después.
«Asumir
nosotros el misterio de las cosas» —como dice tan
sagazmente el rey Lear refiriéndose a él y a Cordelia—, es lo que
yo sugiero también a todo el que quiera tomarse el arte en serio.
[…]
Belleza
más compasión: eso es lo máximo que podemos acercarnos
a una definición del arte. Donde
hay belleza hay compasión, por el simple hecho de que la belleza
debe morir; la belleza siempre muere; la forma muere con la materia,
el mundo muere con el individuo. […]
cuando
hablamos de realidad, de hecho
pensamos en todo esto, en una gota, en una
muestra tomada de la mezcla de un millón de realidades individuales.
[…]
En
El abrigo y La metamorfosis hay una figura central dotada de cierta
dosis de pathos humano en medio de
personajes grotescos e insensibles, figuras divertidas o
espantosas, asnos exhibiéndose como cebras, o híbridos de conejo y
de rata. […]
La
belleza de las pesadillas de Gogol y de Kafka está en que sus
personajes humanos centrales pertenecen al mismo mundo fantástico
que los personajes inhumanos que les rodean, pero el
personaje principal trata de escapar de ese mundo, quitarse la
máscara, trascender el gabán o el caparazón. […]
En
Gogol y Kafka, el absurdo personaje central pertenece al mundo
absurdo que le rodea, pero entabla una lucha
patética y trágica por salir de él e incorporarse al mundo de los
seres humanos... y muere en la desesperación. […]
Nacido
en 1883, Franz Kafka procedía de una familia judía germano hablante
establecida en Praga, Checoslovaquia. Es el escritor alemán más
grande de nuestro tiempo. […]
La
más grande de sus narraciones cortas, La metamorfosis,en alemán Die
Verwandlung, fue escrita durante el otoño
de 1912 y publicada en Leipzig en octubre de1915. […]
A
Kafka le gustaba extraer sus términos del
lenguaje del derecho y de la ciencia, dándole una especie
de precisión irónica, sin intrusiones de los sentimientos
personales del autor; éste fue exactamente el
método utilizado por Flaubert para conseguir un efecto
poético singular. […]
El
protagonista de La metamorfosis es Gregor Samsa, hijo de unos padres
de la clase media de Praga, filisteos flaubertianos, sólo
interesados en el aspecto material de la vida, en suma,
unos seres de gustos vulgares. Unos cinco años antes, el viejo Samsa
había perdido gran parte de su fortuna, por lo que su hijo Gregor se
vio obligado a colocarse en la empresa de uno de los acreedores del
padre, y convertirse en viajante. Su padre entonces dejó de
trabajar, su hermana Grete era demasiado joven para hacerlo, y su
madre estaba enferma de asma. De modo que Gregor
no sólo sostiene a la familia entera, sino que también les ha
buscado el piso en el que ahora viven.
La
situación de partida: Gregor como miembro de la familia: de pleno
derecho, pilar económico.
De
acuerdo con el censo de junio de 1933, la población judía de
Alemania era de unas 500.000 personas. Los judíos representaban
menos del uno por ciento del total de la
población alemana que era de unos 67 millones de
personas. A diferencia de los métodos comunes para censar, el
criterio racista nazi (codificado en las leyes de Nuremberg de 1935 y
en ordenanzas subsiguientes) identificaba a los judíos de acuerdo
con la religión que practicaban los abuelos de una persona. En
consecuencia, los nazis clasificaban como judíos a miles de personas
que se habían convertido del judaísmo a otra religión.
El
80 por ciento (unas 400.000 personas) de los judíos que estaban en
Alemania tenían ciudadanía de ese país. El resto eran
principalmente judíos de ciudadanía polaca, muchos de ellos habían
nacido en Alemania y tenían condición de residencia permanente en
Alemania.
En
conjunto, cerca del 70 por ciento de los judíos de Alemania vivía
en áreas urbanas. El cincuenta por ciento de todos los judíos vivía
en las 10 ciudades alemanas más grandes: Berlín (unos 160.000),
Frankfurt del Meno (unos 26.000), Breslau (unos 20.000), Hamburgo
(unos 17.000), Colonia (unos 15.000), Hannover (unos 13.000) y
Leipzig (unos 12.000).
Judíos
en la Alemania nazi
La
política racial nazi fue evolucionado entre
años 1932 y 1938.
El Partido Nazi se convirtió cada vez más radical en sus opiniones
sobre
el tratamiento de las minorías
en Alemania, sobre todo hacia los judíos. La base del pensamiento
nazi fue , la Volksgemeinschaft
(la
comunidad popular), que supondría ser la espina dorsal de la
sociedad de la futura Alemania.
La
nación fue dividida entonces en dos
categorías principales:
- El Volksgenossen (compañeros de la nación), que pertenecía a Volksgemeinschaft
- El Gemeinschaftsfremde (residentes), que consideraban no pertenecer al cuerpo histórico y cultural de Alemania.
En
esta segunda categoría se incluía a todas las personas de origen
judío, gitanos, "lavativi", "asociales hereditarios",
y todas las personas con discapacidades físicas o mentales.
La
metamorfosis: «Al despertar Gregor Samsa una mañana de un sueño
intranquilo, se encontróen la cama convertido en un monstruoso
insecto. […] »“¿Qué me ha ocurrido?”, pensó. No era un
sueño...»
Dentro
de la pequeña comunidad familiar, Gregor deja de ser considerado
miembro o compañero y pasa a ser residente.
En
1933,
la persecución de los judíos por parte del nazismo se convirtió en
una política activa. Los nazis acusaban
a los judíos de todos los problemas de Alemania:
la pobreza, el desempleo y la derrota en la Primera Guerra Mundial.
Los alemanes no quedaron satisfechos con el Tratado de Versalles que
sólo garantizó a Gran Bretaña y Francia como potencias imperiales
europeas. Ese año fueron promulgadas
las primeras leyes contra los judíos pero al principio no se
aplicaron tan estrictamente, o no de forma tan devastadora
como en los años posteriores. A muchos los mataban y a otros los
obligaban a hacer trabajos forzados.
Boicot laboral (1934): Gregor quiere continuar trabajando, pero no puede
«¿Usted
permitirá que viaje, no es así? Como ve, señor, no soy testarudo y
tengo ganas de trabajar. El oficio de viajante es duro, pero no
podría vivir sin viajar.»
El
1 de abril de 1933, ingenieros, doctores, abogados, maestros, y
comerciantes judíos fueron boicoteados. Sólo seis días después la
Ley para la Restauración de Servicio Profesional Civil fue aprobada,
prohibiendo
a los judíos ser empleados del gobierno.
Estas leyes significaron que a
partir de ese momento los judíos, indirecta y directamente, fueron
privados de privilegios y alejados de posiciones de nivel superior
reservadas para los alemanes «arios». A partir de entonces, los
judíos se vieron obligados a trabajar en los puestos de menor
categoría, por debajo de los no judíos.
El
2 de agosto de 1934,
murió el Presidente Paul von Hindenburg. No fue designado un nuevo
presidente, sino que las competencias del canciller y el presidente
se combinaron en el cargo de Führer. Esto, y un gobierno amansado
sin partidos que se opusieran, permitió tener a Adolfo Hitler
un control absoluto del poder legislativo.
La Wehrmacht también realizó un juramento personal de lealtad a
Hitler, dándole poder
sobre los militares;
esta posición le facilitó ejercer más poder y presión sobre los
judíos.
Persecución en aumento (1935-1936): Gregor es considerado una amenaza
Gregor
todavía puede hablar, pero su voz se vuelve cada vez más confusa, y
poco después sus palabras dejan de ser inteligibles […]
«Sin
embargo, Gregor estaba ahora más calmado. Las
palabras que profería no eran ya inteligibles para los demás,
aunque a él le parecían bastante claras, más claras que antes,
quizá porque el oído se había acostumbrado a su sonido. En
cualquier caso, ahora ya creían que algo le pasaba, y estaban
dispuestos a ayudarle. La confianza y firmeza con que se habían
adoptado estas primeras medidas le reconfortaron. Se
sintió nuevamente incluido en el círculo de los seres humanos, y
esperó grandes y notables resultados del médico y el cerrajero,
sin distinguir demasiado claramente entre uno y otro.» […]
«El
padre mostró el puño con una expresión feroz en la cara, como
amenazando con meter a Gregor en su habitación de un puñetazo»
El
padre empuja brutalmente a Gregor
a su habitación, dando patadas y blandiendo un bastón en una mano y
un periódico en la otra.
En
1935 y 1936, la persecución de los judíos fue aumentando
aceleradamente. En mayo de 1935, se prohibió
a los judíos ingresar en la Wehrmacht (fuerzas
armadas), y ese mismo año, la propaganda anti-judía apareció en
tiendas y restaurantes de la Alemania Nazi.
En
1936, los judíos fueron apartados
de todas las profesiones liberales, previniendo de manera efectiva
que ejercieran influencia alguna en educación, política, formación
universitaria o industria.
Debido a esto, no hubo nada que frenara los movimientos anti-judíos
que se extenderían a lo largo y ancho del panorama económico en la
Alemania Nazi.
Después
de la Noche de los cuchillos largos, la Schutzstaffel (SS) se
convirtió en la fuerza policial dominante en Alemania. El
Reichsführer SS Heinrich Himmler, estaba deseoso de complacer a
Hitler, y obedecer gustosamente sus órdenes. Desde que la SS fue la
guardia personal de Hitler, sus miembros fueron mucho más leales y
cualificados de lo que los de las Sturmabteilung (SA) habían sido.
Debido a esto, fueron también apoyados, aunque con desconfianza, por
el ejército, que ahora estaba más dispuesto que antes a coincidir
con las decisiones de Hitler. Todo esto permitió
a Hitler más control directo sobre el gobierno
y las actitudes políticas hacia judíos en la Alemania nazi.
Leyes de Núremberg de Pureza Racial (1935): Gregor deja de ser considerado un igual y se le trata como un insecto
The
“Good German” Syndrome: Ahí está el hijo y hermano, sumido en
una transformación monstruosa que debía
haberles hecho salir corriendo a la calle a pedir auxilio
con gritos y lágrimas expresando una salvaje compasión;
sin embargo, ahí tenemos a los tres filisteos, tomándose el
problema con toda tranquilidad. […]
Su
habitación es alta, está semivacía, y el escarabajo empieza a
prevalecer sobre el hombre. […]
La
hermana no comprende que Gregor conserva un corazón humano, una
sensibilidad humana, un sentido humano del decoro, del pudor, de la
humildad y del orgullo. […]
El
arte de Kafka consiste en acumular por un lado los rasgos de insecto
de Gregor, todos los detalles dolorosos de su disfraz de insecto, y
por otro, en mantener viva y limpia ante los ojos del lector la
naturaleza dulce y delicada de Gregor. […]
hasta
que la madre expresa cierto pensamiento humano, ingenuo pero amable,
débil pero no desprovisto de sentimiento, cuando dice: «¿No parece
como si le estuviésemos demostrando, al
retirar sus muebles, que hemos perdido toda esperanza en su mejoría
y que le abandonamos fríamente a su suerte?
Las
Leyes de Núremberg de Pureza Racial se aprobaron mientras se
producían las grandes manifestaciones nazis en Núremberg. El 15 de
septiembre de 1935, se aprueba la
Ley para la Protección de la Sangre y el
Honor Alemanes, impidiendo el matrimonio entre judíos y
no judíos. Al mismo tiempo, la Ley de Ciudadanía del Reich fue
aprobada, y reforzada en noviembre por un decreto que establecía que
todos los judíos (incluidos los
hijos de judío y ario o nietos de judío y ario) dejaban
de ser ciudadanos (Reichsbürger) de su propio país (su
estatus oficial pasó a ser Reichsangehöriger, «Miembro del
Reich»). Eso significaba que no tenían los
derechos civiles básicos, como el del votar (Aunque para
ese momento el derecho al voto para los alemanes no judíos sólo
significaba la obligación de votar por el partido nazi). Esta
supresión de los derechos básicos de los ciudadanos precedería a
la subsiguiente aprobación de leyes mucho más severas contra los
judíos. La redacción de las Leyes de Núremberg suele atribuirse a
Hans Globke. Todas esas leyes en su conjunto establecían
una división entre alemanes y judíos, al consagrar a los primeros
como «ciudadanos del Reich» y reducir a los segundos a la categoría
de «residentes».
Discriminación
cultural, laboral y económica (1937-1938): Gregor
es desposeído de todo lo que lo hace humano y doblegado.
Gregor
siente un pánico espantoso. Guardaba su sierra de calar en esa
cómoda, con la que hacía cosas en sus ratos libres en casa; era su
única afición. Escena VIII: Gregor trata de salvar al menos el
cuadro cuyo marco había hecho él con su querida sierra. […]
Gregor se encontró separado de su madre, que quizá estaba al borde
de la muerte por
culpa suya;
no
se atrevió
abrir la puerta por temor a ahuyentar a la hermana, que tenía que
atender a su madre; no
podía hacer otra cosa que esperar; y atormentado por los
remordimientos
y la inquietud, empezó a recorrerlo todo […]
«Así
que (Gregor) corrió a la puerta de su dormitorio y se acurrucó
contra ella, a fin de que el padre, tan pronto como entrara desde el
vestíbulo, viese que su hijo tenía toda la
intención de regresar a su cuarto, y que no hacía falta obligarle,
sino tan sólo abrirle la puerta, para que desapareciese por ella
inmediatamente.»
En
1937 y 1938, nuevas duras leyes
se aplicaron, y la segregación
contra los judíos por parte de la población aria alemana se inició.
En particular, los judíos fueron penalizados
económicamente por su condición del estatus racial.
El
4 de junio de 1937 un joven judío alemán, Helmut Hirsch, fue
ejecutado por estar involucrado en un complot para matar a dirigentes
nazis, incluido Hitler.
Al
1 de marzo de 1938, los contratos de los gobiernos ya no pueden ser
adjudicados a las empresas judías.
El 30 de septiembre, los médicos «arios» sólo pueden tratar
pacientes «arios». La atención médica a
los judíos ya se veía obstaculizada por el hecho de que
a los judíos se les había prohibido ejercer como médicos.
A
partir del 17 de agosto de 1938, los judíos tuvieron que agregar
a sus nombres Israel, los hombres, o Sara, las mujeres, y
una gran J iba a ser impresa en sus
pasaportes. El 15 de noviembre a los niños judíos se
les prohibió ir a las escuelas normales.
La Noche de los cristales rotos (1938): Escena X: Esta es la escena en la que le arrojan la manzana. […]
Grete
buscó entre los diversos frascos; y al volverse, se asustó, un
frasco cayó al suelo y se rompió; un trozo de cristal le hizo un
corte a Gregor en la cara, y una especie de medicamento corrosivo le
salpicó. […]
«La
grave herida de Gregor, que le tuvo imposibilitado más de un mes —la
manzana seguía como testimonio visible,
hundida en su cuerpo, ya que nadie se atrevía a
quitársela—, pareció recordar incluso al padre que Gregor
era miembro de la familia pese a su actual aspecto triste y
repulsivo, y que no debía ser
tratado como un enemigo; que, al contrario, el
deber familiar exigía pasar por alto toda repugnancia y
resignarse, sólo resignarse.» […]
The
“Good German” Syndrome; la vieja burocracia prusiana: »El padre
insistía tercamente en seguir con el
uniforme puesto en casa; y mientras su bata colgaba inútil
en su percha, él dormía completamente vestido, como dispuesto
a prestar sus servicios en cualquier momento, pendiente sólo de la
llamada de su superior. En consecuencia, su uniforme, que
en principio no era enteramente nuevo, empezaba a tener un aspecto
sucio a pesar de los amorosos cuidados de la madre y de la hermana
por mantenerlo limpio, y Gregor se pasaba a menudo las tardes
observando las numerosas manchas de grasa del traje de botones
dorados y siempre relucientes, con el que el viejo se quedaba dormido
incómodo aunque tranquilo en su
butaca.» […]
«Pero
lo que más sentían era el hecho de no poder dejar el piso,
demasiado grande en las actuales circunstancias, ya que no cabía ni
pensar en trasladar a Gregor. Pero de sobra se daba cuenta éste de
que no
era la consideración con él el principal obstáculo para la
mudanza, puesto que sin duda se le podía transportar con toda
facilidad en un cajón con unos cuantos agujeros para respirar;
lo que en realidad les impedía mudarse de casa era más bien su
completa desesperación y la
creencia de que habían sido elegidos por la desgracia como jamás le
había ocurrido a ninguno
de sus parientes o conocidos.»
Los
judíos fueron obligados a marchar con la
Estrella de David después de la Noche de los cristales
rotos (1938)
El
incremento del totalitarismo y el militarismo del régimen que se
imponía en Alemania por Hitler, le permitió controlar las acciones
de la SS y de los militares. El 7 de noviembre de 1938, un joven
polaco judío, Herschel Grynszpan, atacó y disparó contra dos
funcionarios alemanes nazis en la embajada alemana en París.
Grynszpan estaba enojado por el trato que sufrían sus padres por los
nazis en Alemania. El 9 de noviembre uno de los alemanes atacados
murió. Goebbels dio instrucciones para que
se organizaran manifestaciones, como represalia, en contra de los
judíos y fueran realizadas por toda Alemania.
Las
SS organizaron la Noche de los cristales rotos (Kristallnacht), que
se llevó a cabo esa misma noche. Más de 7000 tiendas y almacenes de
judíos fueron destrozados, aproximadamente 1574 sinagogas
(prácticamente todas las que había en Alemania) fueron incendiadas
así como muchos cementerios judíos. Más de 30 000 judíos fueron
detenidos e internados en los campos de
concentración recién creados; unos cuantos incluso fueron golpeados
hasta la muerte. El número de judíos alemanes asesinados
es incierto, con estimaciones de aproximadamente 200 durante más de
dos días de levantamientos. Esta violencia
indiscriminada explica que algunos alemanes que no eran
judíos fueran asesinados simplemente porque alguien pensó que
«parecían judíos».
Los
acontecimientos en Austria no eran menos terribles, y la mayor parte
de las 94 sinagogas de Viena y las casas de oración fueron dañadas
parcial o totalmente. Los judíos fueron sometidos
a toda clase de humillaciones, incluyendo el fregar los
pavimentos mientras eran atormentados por sus compatriotas
austriacos, algunos de los cuales habían sido sus amigos y vecinos.
Muchos
alemanes quedaron indignados por esta acción cuando los daños se
dieron a conocer, de modo que Hitler ordenó que recayera una
multa sobre los judíos. Colectivamente, los judíos se
tuvieron que hacer cargo para pagar una indemnización millonaria en
daños y perjuicios. La multa planteó la
confiscación de 20% de todos los bienes judíos. Los
judíos también tuvieron que reparar todos los daños a su propio
costo. Al no cumplir con los "requisitos de persona" que
los nazis querían, muchísimas personas murieron, desde niños hasta
adultos mayores.
Quiebra moral (1939): Gregor pierde la objetividad para darse esperanzas. A pesar de todo, aprecia y quiere proteger a su hermana de los intrusos.
Sin
embargo, para Gregor, su hermana toca a las mil maravillas.«Avanzó
un poco más y pegó la cabeza al suelo buscando
la posibilidad de que su mirada encontrase la de ella.
¿Era un animal, para que le afectase tanto
la música? Le parecía como si ante él se abriese el
camino hacia el alimento desconocido y anhelado. Estaba decidido
a llegar hasta su hermana, tirarle de la falda y hacerle
saber que debía ir a su habitación con el violín, porque aquí
nadie apreciaba su ejecución como la apreciaría él. No la dejaría
salir más de su habitación, al menos mientras viviese;por primera
vez, le sería útil su aspecto espantoso; vigilaría
todas las puertas de su habitación al mismo tiempo y
echaría a los intrusos; pero su
hermana no necesitaría que la obligasen, se
quedaría con él por su propia voluntad; se sentaría
junto a él en el sofá, inclinaría el oído hacia él y le oiría
confiarle que tenía la firme intención de enviarla al conservatorio
y que, de no haberle ocurrido esta desgracia, las pasadas Navidades
—porque habían pasado hacía tiempo ya, ¿no?— lo habría
anunciado a todos sin admitir ninguna objeción. Tras esta
confidencia, su hermana se sentiría tan conmovida que rompería a
llorar, y Gregor se auparía hasta su hombro y le besaría el cuello,
que ahora que trabajaba llevaba desnudo, sin cintas ni cuellos de
vestido.» […]
Escena
VII: La hermana se quita completamente la máscara; su traición es
absoluta; y fatal para Gregor. «No quiero pronunciar el nombre de mi
hermano en presencia de este bicho, así que todo lo que tengo que
decir es que debemos tratar de librarnos de
él... […]
El
padre y la hija coinciden en que Gregor no les comprende, y que por
tanto no es posible llegar a un acuerdo con él.«-Debe
irse —exclamó la hermana de Gregor—; es la única solución,
padre. Y quítate de la cabeza la idea de que se trata de Gregor. El
que lo hayamos creído así durante tanto tiempo es la causa de todos
nuestros males. Pero ¿cómo podría ser Gregor? Si fuese Gregor,
hace tiempo que se habría dado cuenta de que los
seres humanos no pueden convivir con semejante bicho, y él mismo se
habría marchado por propia iniciativa. Entonces habríamos
perdido al hermano, pero habríamos podido seguir viviendo y honrando
su memoria. Mientras que así, este animal
nos acosa, ahuyenta a nuestros huéspedes, y pretende conquistar todo
el piso para él, dejándonos dormir junto al arroyo.»
En
abril de 1939, casi todas las empresas de judíos habían quebrado
bajo la presión financiera y el descenso de los beneficios, o habían
sido persuadidos a venderlas al gobierno nazi-alemán. Esto no solo
redujo aún más a los judíos sus derechos como seres humanos, sino
que en muchos aspectos fueron oficialmente
separados del resto de la población alemana.
El Holocausto (1940-1945): El último golpe y la desmemoria
El
hecho de haber dejado de existir como hermano humano y de verse
obligado a desaparecer ahora como escarabajo, asesta a Gregor el
último golpe. […]
Estaba
aún más firmemente convencido que su hermana, si cabía, de que
debía desaparecer.
[…]
Luego,
su cabeza bajó porsí misma hasta el suelo y de su hocico salió un
último y tenue soplo de aliento. […]
Gregor
es un ser humano bajo un disfraz de insecto; sus familiares son
insectos disfrazados de personas. Con la muerte de Gregor, sus almas
de insecto se dan cuenta de repente de que son libres para disfrutar.
[…]
Cuando
la asistenta se va después del trabajo de la mañana, sonríe afable
e informa a la familia: «No tienen que preocuparse de cómo
se van a librar de eso de ahí dentro. Ya está
arreglado.» […]
«-Esta
noche la despido —dijo el señor Samsa, pero ni su mujer ni su hija
contestaron, ya que la asistenta parecía haber vuelto a turbar
la tranquilidad que acababan de recobrar. Se levantaron
las dos, fueron a la ventana y permanecieron allí, abrazadas. El
señor Samsa hizo girar su butaca, y las observó un rato en
silencio. Luego dijo en voz alta: “Bueno, venid ya aquí. Olvidemos
lo pasado.Tened un poco de consideración conmigo.”
La
persecución nazi de los judíos desembocó
en el Holocausto, en el que aproximadamente 6 millones de judíos de
Europa fueron deportados y exterminados
durante la Segunda Guerra Mundial. El 19 de mayo de 1943, Alemania se
declaró judenrein
(limpio de judíos; también judenfrei:
libre de judíos). Se cree que entre 170 000 y 200 000 alemanes
judíos fueron asesinados.
Entre
los aproximadamente 150 000 alemanes judíos que sirvieron en la
Reichswehr, se encontraban veteranos condecorados y oficiales de alto
rango, incluyendo generales y almirantes. Un
gran número de estos hombres ni siquiera se consideraban a sí
mismos como judíos
y habían abrazado la vida militar como forma de vida, siendo
dedicados patriotas deseosos de servir a la reactivación de la
nación alemana. Antes de la llegada de Hitler al poder, la
Reichswehr no daba la menor importancia a su ascendencia, en la
carrera de estos hombres, pero fue obligada posteriormente a
revisarla en profundidad y a excluirlos del cuerpo militar.
![]() |
Ilustración de La metamorfosis de Paco Roca, en la edición de Astiberri./elconfidencial.com
La tumba de Kafka, Mario Vargas Llosa [El País, 19 de mayo 2019]
Gregor Samsa, humano hasta el final, Fernando Aramburu [El País, 16 de diciembre de 2016]
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