viernes, 11 de noviembre de 2016

And take upon's the mystery of things

En los escarabajos, estos élitros ocultan unas finas alitas que pueden desplegarse y transportar al escarabajo por millas y millas en torpe vuelo. Aunque parezca extraño, el escarabajo Gregor no llega a descubrir que tiene alas bajo el caparazón de su espalda (ésta es una observación más que quiero que atesoréis toda vuestra vida. Algunos Gregorios, algunos Pedros y Juanes, no saben que tienen alas).

Curso de literatura europea, Nabokov

También al héroe de mi cuento le han ido hoy las cosas excesivamente mal”, le contó Kafka a Felice en una carta del 23 de noviembre de aquel año. Le acababa de advertir que el cuento le daría “un miedo espeluznante”. El 24 insiste: “Mi amor, pero qué extremadamente repulsiva es la historia que acabo de apartar a un lado para recuperarme pensando en ti. Ha avanzado ya hasta un poco más de la mitad, y en conjunto no estoy descontento de ella, pero en cuanto a nauseabunda, lo es de un modo ilimitado, y cosas como esas, te das cuenta, provienen del mismo corazón en el que tú habitas y toleras como morada”.


Quiero hablar de la fantasía, de la realidad, y de su interrelación. […]


Sobre La Metamorfosis de Kafka (1883-1924) que escribió en el otoño de 1912 y que relaciono con la persecución de los judíos en la Alemania Nazi (1932-1945)
Como si Kafka se hubiera podido anticipar a lo ocurrido dos décadas después.




«Asumir nosotros el misterio de las cosas» —como dice tan sagazmente el rey Lear refiriéndose a él y a Cordelia—, es lo que yo sugiero también a todo el que quiera tomarse el arte en serio. […]
Belleza más compasión: eso es lo máximo que podemos acercarnos a una definición del arte. Donde hay belleza hay compasión, por el simple hecho de que la belleza debe morir; la belleza siempre muere; la forma muere con la materia, el mundo muere con el individuo. […]
cuando hablamos de realidad, de hecho pensamos en todo esto, en una gota, en una muestra tomada de la mezcla de un millón de realidades individuales. […]
En El abrigo y La metamorfosis hay una figura central dotada de cierta dosis de pathos humano en medio de personajes grotescos e insensibles, figuras divertidas o espantosas, asnos exhibiéndose como cebras, o híbridos de conejo y de rata. […]
La belleza de las pesadillas de Gogol y de Kafka está en que sus personajes humanos centrales pertenecen al mismo mundo fantástico que los personajes inhumanos que les rodean, pero el personaje principal trata de escapar de ese mundo, quitarse la máscara, trascender el gabán o el caparazón. […]
En Gogol y Kafka, el absurdo personaje central pertenece al mundo absurdo que le rodea, pero entabla una lucha patética y trágica por salir de él e incorporarse al mundo de los seres humanos... y muere en la desesperación. […]
Nacido en 1883, Franz Kafka procedía de una familia judía germano hablante establecida en Praga, Checoslovaquia. Es el escritor alemán más grande de nuestro tiempo. […]
La más grande de sus narraciones cortas, La metamorfosis,en alemán Die Verwandlung, fue escrita durante el otoño de 1912 y publicada en Leipzig en octubre de1915. […]
A Kafka le gustaba extraer sus términos del lenguaje del derecho y de la ciencia, dándole una especie de precisión irónica, sin intrusiones de los sentimientos personales del autor; éste fue exactamente el método utilizado por Flaubert para conseguir un efecto poético singular. […]
El protagonista de La metamorfosis es Gregor Samsa, hijo de unos padres de la clase media de Praga, filisteos flaubertianos, sólo interesados en el aspecto material de la vida, en suma, unos seres de gustos vulgares. Unos cinco años antes, el viejo Samsa había perdido gran parte de su fortuna, por lo que su hijo Gregor se vio obligado a colocarse en la empresa de uno de los acreedores del padre, y convertirse en viajante. Su padre entonces dejó de trabajar, su hermana Grete era demasiado joven para hacerlo, y su madre estaba enferma de asma. De modo que Gregor no sólo sostiene a la familia entera, sino que también les ha buscado el piso en el que ahora viven.

La situación de partida: Gregor como miembro de la familia: de pleno derecho, pilar económico.
 
De acuerdo con el censo de junio de 1933, la población judía de Alemania era de unas 500.000 personas. Los judíos representaban menos del uno por ciento del total de la población alemana que era de unos 67 millones de personas. A diferencia de los métodos comunes para censar, el criterio racista nazi (codificado en las leyes de Nuremberg de 1935 y en ordenanzas subsiguientes) identificaba a los judíos de acuerdo con la religión que practicaban los abuelos de una persona. En consecuencia, los nazis clasificaban como judíos a miles de personas que se habían convertido del judaísmo a otra religión.
El 80 por ciento (unas 400.000 personas) de los judíos que estaban en Alemania tenían ciudadanía de ese país. El resto eran principalmente judíos de ciudadanía polaca, muchos de ellos habían nacido en Alemania y tenían condición de residencia permanente en Alemania.
En conjunto, cerca del 70 por ciento de los judíos de Alemania vivía en áreas urbanas. El cincuenta por ciento de todos los judíos vivía en las 10 ciudades alemanas más grandes: Berlín (unos 160.000), Frankfurt del Meno (unos 26.000), Breslau (unos 20.000), Hamburgo (unos 17.000), Colonia (unos 15.000), Hannover (unos 13.000) y Leipzig (unos 12.000).

Judíos en la Alemania nazi
La política racial nazi fue evolucionado entre años 1932 y 1938. El Partido Nazi se convirtió cada vez más radical en sus opiniones sobre el tratamiento de las minorías en Alemania, sobre todo hacia los judíos. La base del pensamiento nazi fue , la Volksgemeinschaft (la comunidad popular), que supondría ser la espina dorsal de la sociedad de la futura Alemania.
La nación fue dividida entonces en dos categorías principales:
  • El Volksgenossen (compañeros de la nación), que pertenecía a Volksgemeinschaft
  • El Gemeinschaftsfremde (residentes), que consideraban no pertenecer al cuerpo histórico y cultural de Alemania.
En esta segunda categoría se incluía a todas las personas de origen judío, gitanos, "lavativi", "asociales hereditarios", y todas las personas con discapacidades físicas o mentales.
La metamorfosis: «Al despertar Gregor Samsa una mañana de un sueño intranquilo, se encontróen la cama convertido en un monstruoso insecto. […] »“¿Qué me ha ocurrido?”, pensó. No era un sueño...»
Dentro de la pequeña comunidad familiar, Gregor deja de ser considerado miembro o compañero y pasa a ser residente.

En 1933, la persecución de los judíos por parte del nazismo se convirtió en una política activa. Los nazis acusaban a los judíos de todos los problemas de Alemania: la pobreza, el desempleo y la derrota en la Primera Guerra Mundial. Los alemanes no quedaron satisfechos con el Tratado de Versalles que sólo garantizó a Gran Bretaña y Francia como potencias imperiales europeas. Ese año fueron promulgadas las primeras leyes contra los judíos pero al principio no se aplicaron tan estrictamente, o no de forma tan devastadora como en los años posteriores. A muchos los mataban y a otros los obligaban a hacer trabajos forzados.

Boicot laboral (1934): Gregor quiere continuar trabajando, pero no puede

«¿Usted permitirá que viaje, no es así? Como ve, señor, no soy testarudo y tengo ganas de trabajar. El oficio de viajante es duro, pero no podría vivir sin viajar.»

El 1 de abril de 1933, ingenieros, doctores, abogados, maestros, y comerciantes judíos fueron boicoteados. Sólo seis días después la Ley para la Restauración de Servicio Profesional Civil fue aprobada, prohibiendo a los judíos ser empleados del gobierno. Estas leyes significaron que a partir de ese momento los judíos, indirecta y directamente, fueron privados de privilegios y alejados de posiciones de nivel superior reservadas para los alemanes «arios». A partir de entonces, los judíos se vieron obligados a trabajar en los puestos de menor categoría, por debajo de los no judíos.
El 2 de agosto de 1934, murió el Presidente Paul von Hindenburg. No fue designado un nuevo presidente, sino que las competencias del canciller y el presidente se combinaron en el cargo de Führer. Esto, y un gobierno amansado sin partidos que se opusieran, permitió tener a Adolfo Hitler un control absoluto del poder legislativo. La Wehrmacht también realizó un juramento personal de lealtad a Hitler, dándole poder sobre los militares; esta posición le facilitó ejercer más poder y presión sobre los judíos.

Persecución en aumento (1935-1936): Gregor es considerado una amenaza

Gregor todavía puede hablar, pero su voz se vuelve cada vez más confusa, y poco después sus palabras dejan de ser inteligibles […]
«Sin embargo, Gregor estaba ahora más calmado. Las palabras que profería no eran ya inteligibles para los demás, aunque a él le parecían bastante claras, más claras que antes, quizá porque el oído se había acostumbrado a su sonido. En cualquier caso, ahora ya creían que algo le pasaba, y estaban dispuestos a ayudarle. La confianza y firmeza con que se habían adoptado estas primeras medidas le reconfortaron. Se sintió nuevamente incluido en el círculo de los seres humanos, y esperó grandes y notables resultados del médico y el cerrajero, sin distinguir demasiado claramente entre uno y otro.» […]
«El padre mostró el puño con una expresión feroz en la cara, como amenazando con meter a Gregor en su habitación de un puñetazo»
El padre empuja brutalmente a Gregor a su habitación, dando patadas y blandiendo un bastón en una mano y un periódico en la otra.


En 1935 y 1936, la persecución de los judíos fue aumentando aceleradamente. En mayo de 1935, se prohibió a los judíos ingresar en la Wehrmacht (fuerzas armadas), y ese mismo año, la propaganda anti-judía apareció en tiendas y restaurantes de la Alemania Nazi.
En 1936, los judíos fueron apartados de todas las profesiones liberales, previniendo de manera efectiva que ejercieran influencia alguna en educación, política, formación universitaria o industria. Debido a esto, no hubo nada que frenara los movimientos anti-judíos que se extenderían a lo largo y ancho del panorama económico en la Alemania Nazi.
Después de la Noche de los cuchillos largos, la Schutzstaffel (SS) se convirtió en la fuerza policial dominante en Alemania. El Reichsführer SS Heinrich Himmler, estaba deseoso de complacer a Hitler, y obedecer gustosamente sus órdenes. Desde que la SS fue la guardia personal de Hitler, sus miembros fueron mucho más leales y cualificados de lo que los de las Sturmabteilung (SA) habían sido. Debido a esto, fueron también apoyados, aunque con desconfianza, por el ejército, que ahora estaba más dispuesto que antes a coincidir con las decisiones de Hitler. Todo esto permitió a Hitler más control directo sobre el gobierno y las actitudes políticas hacia judíos en la Alemania nazi.

Leyes de Núremberg de Pureza Racial (1935): Gregor deja de ser considerado un igual y se le trata como un insecto

The “Good German” Syndrome: Ahí está el hijo y hermano, sumido en una transformación monstruosa que debía haberles hecho salir corriendo a la calle a pedir auxilio con gritos y lágrimas expresando una salvaje compasión; sin embargo, ahí tenemos a los tres filisteos, tomándose el problema con toda tranquilidad. […]
Su habitación es alta, está semivacía, y el escarabajo empieza a prevalecer sobre el hombre. […]
La hermana no comprende que Gregor conserva un corazón humano, una sensibilidad humana, un sentido humano del decoro, del pudor, de la humildad y del orgullo. […]
El arte de Kafka consiste en acumular por un lado los rasgos de insecto de Gregor, todos los detalles dolorosos de su disfraz de insecto, y por otro, en mantener viva y limpia ante los ojos del lector la naturaleza dulce y delicada de Gregor. […]
hasta que la madre expresa cierto pensamiento humano, ingenuo pero amable, débil pero no desprovisto de sentimiento, cuando dice: «¿No parece como si le estuviésemos demostrando, al retirar sus muebles, que hemos perdido toda esperanza en su mejoría y que le abandonamos fríamente a su suerte?

Las Leyes de Núremberg de Pureza Racial se aprobaron mientras se producían las grandes manifestaciones nazis en Núremberg. El 15 de septiembre de 1935, se aprueba la Ley para la Protección de la Sangre y el Honor Alemanes, impidiendo el matrimonio entre judíos y no judíos. Al mismo tiempo, la Ley de Ciudadanía del Reich fue aprobada, y reforzada en noviembre por un decreto que establecía que todos los judíos (incluidos los hijos de judío y ario o nietos de judío y ario) dejaban de ser ciudadanos (Reichsbürger) de su propio país (su estatus oficial pasó a ser Reichsangehöriger, «Miembro del Reich»). Eso significaba que no tenían los derechos civiles básicos, como el del votar (Aunque para ese momento el derecho al voto para los alemanes no judíos sólo significaba la obligación de votar por el partido nazi). Esta supresión de los derechos básicos de los ciudadanos precedería a la subsiguiente aprobación de leyes mucho más severas contra los judíos. La redacción de las Leyes de Núremberg suele atribuirse a Hans Globke. Todas esas leyes en su conjunto establecían una división entre alemanes y judíos, al consagrar a los primeros como «ciudadanos del Reich» y reducir a los segundos a la categoría de «residentes».

Discriminación cultural, laboral y económica (1937-1938): Gregor es desposeído de todo lo que lo hace humano y doblegado.

Gregor siente un pánico espantoso. Guardaba su sierra de calar en esa cómoda, con la que hacía cosas en sus ratos libres en casa; era su única afición. Escena VIII: Gregor trata de salvar al menos el cuadro cuyo marco había hecho él con su querida sierra. […] Gregor se encontró separado de su madre, que quizá estaba al borde de la muerte por culpa suya; no se atrevió abrir la puerta por temor a ahuyentar a la hermana, que tenía que atender a su madre; no podía hacer otra cosa que esperar; y atormentado por los remordimientos y la inquietud, empezó a recorrerlo todo […]
«Así que (Gregor) corrió a la puerta de su dormitorio y se acurrucó contra ella, a fin de que el padre, tan pronto como entrara desde el vestíbulo, viese que su hijo tenía toda la intención de regresar a su cuarto, y que no hacía falta obligarle, sino tan sólo abrirle la puerta, para que desapareciese por ella inmediatamente.»
En 1937 y 1938, nuevas duras leyes se aplicaron, y la segregación contra los judíos por parte de la población aria alemana se inició. En particular, los judíos fueron penalizados económicamente por su condición del estatus racial.
El 4 de junio de 1937 un joven judío alemán, Helmut Hirsch, fue ejecutado por estar involucrado en un complot para matar a dirigentes nazis, incluido Hitler.
Al 1 de marzo de 1938, los contratos de los gobiernos ya no pueden ser adjudicados a las empresas judías. El 30 de septiembre, los médicos «arios» sólo pueden tratar pacientes «arios». La atención médica a los judíos ya se veía obstaculizada por el hecho de que a los judíos se les había prohibido ejercer como médicos.
A partir del 17 de agosto de 1938, los judíos tuvieron que agregar a sus nombres Israel, los hombres, o Sara, las mujeres, y una gran J iba a ser impresa en sus pasaportes. El 15 de noviembre a los niños judíos se les prohibió ir a las escuelas normales.

La Noche de los cristales rotos (1938): Escena X: Esta es la escena en la que le arrojan la manzana. […]

Grete buscó entre los diversos frascos; y al volverse, se asustó, un frasco cayó al suelo y se rompió; un trozo de cristal le hizo un corte a Gregor en la cara, y una especie de medicamento corrosivo le salpicó. […]
«La grave herida de Gregor, que le tuvo imposibilitado más de un mes —la manzana seguía como testimonio visible, hundida en su cuerpo, ya que nadie se atrevía a quitársela—, pareció recordar incluso al padre que Gregor era miembro de la familia pese a su actual aspecto triste y repulsivo, y que no debía ser tratado como un enemigo; que, al contrario, el deber familiar exigía pasar por alto toda repugnancia y resignarse, sólo resignarse.» […]
The “Good German” Syndrome; la vieja burocracia prusiana: »El padre insistía tercamente en seguir con el uniforme puesto en casa; y mientras su bata colgaba inútil en su percha, él dormía completamente vestido, como dispuesto a prestar sus servicios en cualquier momento, pendiente sólo de la llamada de su superior. En consecuencia, su uniforme, que en principio no era enteramente nuevo, empezaba a tener un aspecto sucio a pesar de los amorosos cuidados de la madre y de la hermana por mantenerlo limpio, y Gregor se pasaba a menudo las tardes observando las numerosas manchas de grasa del traje de botones dorados y siempre relucientes, con el que el viejo se quedaba dormido incómodo aunque tranquilo en su butaca.» […]
«Pero lo que más sentían era el hecho de no poder dejar el piso, demasiado grande en las actuales circunstancias, ya que no cabía ni pensar en trasladar a Gregor. Pero de sobra se daba cuenta éste de que no era la consideración con él el principal obstáculo para la mudanza, puesto que sin duda se le podía transportar con toda facilidad en un cajón con unos cuantos agujeros para respirar; lo que en realidad les impedía mudarse de casa era más bien su completa desesperación y la creencia de que habían sido elegidos por la desgracia como jamás le había ocurrido a ninguno de sus parientes o conocidos.»

Los judíos fueron obligados a marchar con la Estrella de David después de la Noche de los cristales rotos (1938)
El incremento del totalitarismo y el militarismo del régimen que se imponía en Alemania por Hitler, le permitió controlar las acciones de la SS y de los militares. El 7 de noviembre de 1938, un joven polaco judío, Herschel Grynszpan, atacó y disparó contra dos funcionarios alemanes nazis en la embajada alemana en París. Grynszpan estaba enojado por el trato que sufrían sus padres por los nazis en Alemania. El 9 de noviembre uno de los alemanes atacados murió. Goebbels dio instrucciones para que se organizaran manifestaciones, como represalia, en contra de los judíos y fueran realizadas por toda Alemania.
Las SS organizaron la Noche de los cristales rotos (Kristallnacht), que se llevó a cabo esa misma noche. Más de 7000 tiendas y almacenes de judíos fueron destrozados, aproximadamente 1574 sinagogas (prácticamente todas las que había en Alemania) fueron incendiadas así como muchos cementerios judíos. Más de 30 000 judíos fueron detenidos e internados en los campos de concentración recién creados; unos cuantos incluso fueron golpeados hasta la muerte. El número de judíos alemanes asesinados es incierto, con estimaciones de aproximadamente 200 durante más de dos días de levantamientos. Esta violencia indiscriminada explica que algunos alemanes que no eran judíos fueran asesinados simplemente porque alguien pensó que «parecían judíos».
Los acontecimientos en Austria no eran menos terribles, y la mayor parte de las 94 sinagogas de Viena y las casas de oración fueron dañadas parcial o totalmente. Los judíos fueron sometidos a toda clase de humillaciones, incluyendo el fregar los pavimentos mientras eran atormentados por sus compatriotas austriacos, algunos de los cuales habían sido sus amigos y vecinos.
Muchos alemanes quedaron indignados por esta acción cuando los daños se dieron a conocer, de modo que Hitler ordenó que recayera una multa sobre los judíos. Colectivamente, los judíos se tuvieron que hacer cargo para pagar una indemnización millonaria en daños y perjuicios. La multa planteó la confiscación de 20% de todos los bienes judíos. Los judíos también tuvieron que reparar todos los daños a su propio costo. Al no cumplir con los "requisitos de persona" que los nazis querían, muchísimas personas murieron, desde niños hasta adultos mayores.

Quiebra moral (1939): Gregor pierde la objetividad para darse esperanzas. A pesar de todo, aprecia y quiere proteger a su hermana de los intrusos.

Sin embargo, para Gregor, su hermana toca a las mil maravillas.«Avanzó un poco más y pegó la cabeza al suelo buscando la posibilidad de que su mirada encontrase la de ella. ¿Era un animal, para que le afectase tanto la música? Le parecía como si ante él se abriese el camino hacia el alimento desconocido y anhelado. Estaba decidido a llegar hasta su hermana, tirarle de la falda y hacerle saber que debía ir a su habitación con el violín, porque aquí nadie apreciaba su ejecución como la apreciaría él. No la dejaría salir más de su habitación, al menos mientras viviese;por primera vez, le sería útil su aspecto espantoso; vigilaría todas las puertas de su habitación al mismo tiempo y echaría a los intrusos; pero su hermana no necesitaría que la obligasen, se quedaría con él por su propia voluntad; se sentaría junto a él en el sofá, inclinaría el oído hacia él y le oiría confiarle que tenía la firme intención de enviarla al conservatorio y que, de no haberle ocurrido esta desgracia, las pasadas Navidades —porque habían pasado hacía tiempo ya, ¿no?— lo habría anunciado a todos sin admitir ninguna objeción. Tras esta confidencia, su hermana se sentiría tan conmovida que rompería a llorar, y Gregor se auparía hasta su hombro y le besaría el cuello, que ahora que trabajaba llevaba desnudo, sin cintas ni cuellos de vestido.» […]
Escena VII: La hermana se quita completamente la máscara; su traición es absoluta; y fatal para Gregor. «No quiero pronunciar el nombre de mi hermano en presencia de este bicho, así que todo lo que tengo que decir es que debemos tratar de librarnos de él... […]
El padre y la hija coinciden en que Gregor no les comprende, y que por tanto no es posible llegar a un acuerdo con él.«-Debe irse —exclamó la hermana de Gregor—; es la única solución, padre. Y quítate de la cabeza la idea de que se trata de Gregor. El que lo hayamos creído así durante tanto tiempo es la causa de todos nuestros males. Pero ¿cómo podría ser Gregor? Si fuese Gregor, hace tiempo que se habría dado cuenta de que los seres humanos no pueden convivir con semejante bicho, y él mismo se habría marchado por propia iniciativa. Entonces habríamos perdido al hermano, pero habríamos podido seguir viviendo y honrando su memoria. Mientras que así, este animal nos acosa, ahuyenta a nuestros huéspedes, y pretende conquistar todo el piso para él, dejándonos dormir junto al arroyo.»

En abril de 1939, casi todas las empresas de judíos habían quebrado bajo la presión financiera y el descenso de los beneficios, o habían sido persuadidos a venderlas al gobierno nazi-alemán. Esto no solo redujo aún más a los judíos sus derechos como seres humanos, sino que en muchos aspectos fueron oficialmente separados del resto de la población alemana.

El Holocausto (1940-1945): El último golpe y la desmemoria

El hecho de haber dejado de existir como hermano humano y de verse obligado a desaparecer ahora como escarabajo, asesta a Gregor el último golpe. […]
Estaba aún más firmemente convencido que su hermana, si cabía, de que debía desaparecer.
[…]
Luego, su cabeza bajó porsí misma hasta el suelo y de su hocico salió un último y tenue soplo de aliento. […]
Gregor es un ser humano bajo un disfraz de insecto; sus familiares son insectos disfrazados de personas. Con la muerte de Gregor, sus almas de insecto se dan cuenta de repente de que son libres para disfrutar. […]
Cuando la asistenta se va después del trabajo de la mañana, sonríe afable e informa a la familia: «No tienen que preocuparse de cómo se van a librar de eso de ahí dentro. Ya está arreglado.» […]
«-Esta noche la despido —dijo el señor Samsa, pero ni su mujer ni su hija contestaron, ya que la asistenta parecía haber vuelto a turbar la tranquilidad que acababan de recobrar. Se levantaron las dos, fueron a la ventana y permanecieron allí, abrazadas. El señor Samsa hizo girar su butaca, y las observó un rato en silencio. Luego dijo en voz alta: “Bueno, venid ya aquí. Olvidemos lo pasado.Tened un poco de consideración conmigo.”

La persecución nazi de los judíos desembocó en el Holocausto, en el que aproximadamente 6 millones de judíos de Europa fueron deportados y exterminados durante la Segunda Guerra Mundial. El 19 de mayo de 1943, Alemania se declaró judenrein (limpio de judíos; también judenfrei: libre de judíos). Se cree que entre 170 000 y 200 000 alemanes judíos fueron asesinados.
Entre los aproximadamente 150 000 alemanes judíos que sirvieron en la Reichswehr, se encontraban veteranos condecorados y oficiales de alto rango, incluyendo generales y almirantes. Un gran número de estos hombres ni siquiera se consideraban a sí mismos como judíos y habían abrazado la vida militar como forma de vida, siendo dedicados patriotas deseosos de servir a la reactivación de la nación alemana. Antes de la llegada de Hitler al poder, la Reichswehr no daba la menor importancia a su ascendencia, en la carrera de estos hombres, pero fue obligada posteriormente a revisarla en profundidad y a excluirlos del cuerpo militar.

Ilustración de  La metamorfosis  de Paco Roca, en la edición de Astiberri./elconfidencial.com


La tumba de Kafka, Mario Vargas Llosa [El País, 19 de mayo 2019]
Gregor Samsa, humano hasta el final, Fernando Aramburu [El País, 16 de diciembre de 2016]




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