Esta imagen fue tomada el sábado 18 de enero de 2014 en la plaza de la catedral de Colonia.
La "insuficiente" educación sexual de
unos adolescentes cada vez más precoces
- Expertos en salud sexual echan en falta una educación sexual más completa
- La edad de iniciación en el sexo en España se sitúa en los 17 años
- Preocupa la mala utilización o uso "inconsistente" de los preservativos
- Aumentan enfermedades de transmisión como las clamideas o sífilis
Unas
11.000
adolescentes se quedan embarazadas al año en España, según el
Ministerio de Sanidad, por no usar o usar mal los métodos anticonceptivos,
mientras que las enfermedades
de transmisión sexual crecen entre los más jóvenes.
Cuentan con la información pero no con la formación y educación sexual adecuada,
dicen varios expertos en la materia, que perciben una "relajación preocupante" a la hora del uso del preservativo.
La
edad media de iniciación sexual en España se
sitúa en los 17 años, según el Informe Juventud en España 2012 (Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad), del que se desprende que el porcentaje de
jóvenes que ha tenido su primera relación sexual antes de los 15 años ha pasado
del 5% en 2004 al 12% en 2012.
Recientemente
el Gobierno ha anunciado que se
elevará desde los 13 hasta los 16 la edad mínima para mantener relaciones
sexuales legales con adultos, pero lo cierto es que todos los estudios apuntan
a unos adolescentes cada vez más precoces en el sexo pero no más
formados en esta
materia.
El
condón es el método más utilizado por los adolescentes y jóvenes españoles
(también por la población adulta) pero preocupa lo que los expertos denominan
el uso
"inconsistente" del preservativo.
Se
da cuando no se emplea en todas y cada una de las relaciones o se usa una vez
ya empezada la relación sexual.
El
Informe de Juventud España 2012 refleja que en ese año el 81,7% de los jóvenes
aseguró que usaba preservativo, mientras que en 2004 lo hacía el 83,1%. Según
ese estudio, un
17,3% reconocía no haberlos usado en su última relación.
"Cuando
hablamos de menores de 16 años, el uso del preservativo se reduce al 60% y
muchos de los que lo utilizan lo hacen mal", según explica a RTVE.el
presidente de la Federación de
Planificación Familiar Estatal (FPFE), Luis Enrique Sánchez Acero.
"Con
14, 15 o 16 años piensan que a ellos no les va a pasar nada", asegura
Sánchez Acero, quien señala que el índice de
preocupación por las enfermedades de transmisión sexual es "muy bajo"
entre los adolescentes españoles.
"La
inmadurez a esas edades hace pensar que uno está libre de contagiarse de una
enfermedad sexual y están muy equivocados. En las consultas vemos otra
realidad", explica el doctor Vicente González Navarro, ginecólogo y
presidente de la Sociedad Española
de Contracepción (SEC).
El
microbiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas (SEIMC),
Fernando Vázquez Valdés, va más allá y asegura a RTVE que los adolescentes usan
el preservativo casi en exclusiva por el miedo al embarazo. No son conscientes
del riesgo de las enfermedades de transmisión sexual.
Muestra
su preocupación por el aumento de casos de clamidias y
sífilis. "La infección por clamidias entre los 15 y 24 años es una
marcador de actividad sexual muy importante que nos hace concluir que hay una
gran actividad sexual en estas edades y que la protección es más que
insuficiente", afirma el doctor Vázquez, quien también habla de un repunte
en la infección por VIH.
"Ha
pasado el miedo al sida y eso es muy peligroso", añade Vázquez.
El
Consejo de la Juventud de
España alerta de que el 80%
de los nuevos casos de sida en España se produce por no tomar
medidas de prevención.
Los
adolescentes cuentan con una cantidad
"ingente" de información sexual en internet pero no
siempre es la información más adecuada, según explica a RTVE. Marisol Insua,
pedagoga y coordinadora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de A
Coruña.
Además,
esa información, añade, debe verse acompañada de educación y formación sexual
adecuada que "haga entender desde el inicio de las relaciones sexuales la
importancia del sexo en la vida y la necesidad
de unas relaciones sanas y seguras".
Desde
la Federación de Planificación Familiar aseguran que los jóvenes primero hablan
de sexo con los amigos o buscan información en internet, en segundo lugar
acuden a los servicios sanitarios y a sus profesores, y en tercer y último lugar,
preguntan a sus padres.
Según
el Informe Juventud España 2012, el 80% de las personas de entre 15 y 24 años
dice no haber tenido conversaciones sobre sexualidad en casa durante la
infancia. Sin embargo, el 86% también considera que existe "mucha o
suficiente" información sexual.
Los
motivos de consulta más habituales en los centros de planificación y salud
sexual son los relacionados con situaciones
de posible riesgo de embarazo (información sobre la píldora del
día después, olvido de la píldora anticonceptiva y posibles situaciones de
ineficacia del preservativo) e información sobre el VIH.
Los
profesionales médicos consultados aseguran que los padres aún no saben cómo enfrentar estas conversaciones
con sus hijos.
"Si
desde pequeños nuestros padres nos hablan de hábitos alimenticios y
comportamientos adecuados en cualquier ámbito de la vida, por qué no lo hacen
en relación al sexo", se pregunta la coordinadora del centro joven, quien
dice que se encuentra con padres y madres que quieren hablar de sexo con sus
hijos y no saben cómo hacerlo.
"No
puedes pretender hablar con tu hijo de 13 o 14 años de la masturbación cuando
ya se está iniciando en las relaciones sexuales plenas", asegura la
pedagoga.
Desde
el Consejo de Juventud de España, la Sociedad Española de Enfermedades
Infecciosas, la Federación de Planificación Familiar Estatal y la Sociedad
Española de Contracepción echan en falta planes de educación sexual en
las aulas con personal cualificado.
"Falta
un plan general de educación a lo largo de toda la etapa educativa", se
lamenta el ginecólogo y presidente de la Sociedad Española de Contracepción.
El
presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal señala que
"en muy pocos casos el profesorado tiene la formación adecuada y que la
voluntad de cada centro es la que hace que se imparta o no este tipo de
educación".
Aboga
por la creación de centros
de referencia de información y educación sexual, tal y como
recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Es
una de las grandes asignaturas pendientes en España. La educación sexual es
vaga y muy centrada en aspectos biológicos y los adolescentes necesitan la figura del educador sexual",
asegura a RTVE Ricardo Ibarra, presidente del Consejo de Juventud de España,
quien critica la nueva ley
educativa LOMCE, que, en su opinión, no mejora la educación sexual.
Los
propios profesores reconocen que la educación sexual enmarcada en los centros
educativos varía mucho de unas comunidades a otras, según ANPE. Desde este sindicato de docentes
han explicado a RTVE que en algunas regiones esta educación se enmarca en el
currículo de Ciencias
de la Salud y en otras, forma parte de Educación para la Ciudadanía.
Cada
centro también tiene autonomía para abordar el tema a través de talleres y
clases específicas impartidas por otros profesionales.
ANPE
señala que la educación sexual se imparte en la etapa de educación secundaria y
que en la etapa primaria la educación sexual se aborda "muy
someramente" y en los últimos cursos.
La
coordinadora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de A Coruña,
Marisol Insua, cuenta cómo muchas de las consultas sexuales de los adolescentes
tienen que ver con sentimientos,
emociones, miedos, prejuicios, tabúes y aspectos relacionados con
la igualdad entre hombres y mujeres.
Insua
pone como ejemplo el número elevado de chicas adolescentes que acuden
preocupadas porque no tienen orgasmos: "Son personas muy jóvenes con un
alto grado de frustración. Esto es vital para su desarrollo, su autoestima y su
empatía. Son cuestiones que se tienen que tratar con los chicas y chicas".
Hablar
de sexo no es solo hablar de métodos anticonceptivos y prevención de embarazos.
"Hay que abordar los ramalazos machistas que vemos en las relaciones
adolescentes, el repunte de homofobia en las aulas, problemas con la identidad
sexual o del consumo de pornografía entre los
adolescentes que
confunde lo que son las relaciones sexuales", explica a RTVE Insua.
El
presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal también destaca
la importancia de enseñar a los adolescentes cómo conseguir relaciones "sanas, seguras y placenteras", al igual que el responsable del
Consejo de Juventud de España quien opina que hay que abordar
"sin miedo y con naturalidad" cuestiones afectivas cuando hablamos de
sexo y eliminar
muchos tabúes aún presentes en nuestra sociedad.
La
“insuficiente” educación sexual de unos adolescentes cada vez más precoces,
María Menéndez [RTVE.es, 15 de septiembre de 2013]
La
derecha ha bloqueado una iniciativa del Parlamento
Europeo sobre salud sexual y reproductiva. Los
votos de los grupos conservadores han conseguido que la Eurocámara rechace por
segunda vez un informe que pretendía garantizar el acceso de las mujeres a un
aborto legal y seguro, así como la inclusión de la educación sexual en la
enseñanza obligatoria.
Con 334 votos a favor, 327 en contra y 35 abstenciones, la Eurocámara ha
aprobado una resolución alternativa, propuesta por el Partido Popular Europeo y
el grupo de Conservadores y Reformistas (euroescépticos), que vacía por
completo el contenido del informe y apoya que la educación
sexual siga siendo competencia de los Estados miembros, lo que excluye
orientaciones comunitarias
al respecto.
Con
el fin de evitar el voto en contra, antes de la segunda votación, la Comisión
para la mujer había eliminado del texto original dos
párrafos controvertidos para los grupos contrarios. Uno hacía referencia
a una educación
sexual “sin tabúes e interactiva entre estudiantes y educadores” y
otro que garantizar el acceso “a tratamientos de fertilidad y reproducción
asistida para mujeres solteras y lesbianas”. A pesar de esas concesiones, el
texto ha sido apartado con la aprobación de la resolución alternativa. El documento, conocido como informe Estrela por Edite Estrela, la
eurodiputada socialista que lo ha redactado, reclamaba que los servicios de aborto fueran
“legales, seguros y accesibles, dentro de los sistemas de salud pública de los
Estados miembros” y que las mujeres que se hayan sometido a un aborto no sean
perseguidas por la justicia si el país donde se lo hayan realizado --o su país
de origen-- lo prohíbe.
La
derecha europea tumba un informe sobre Educación sexual en la Eurocámara, Esperanza
Escribano Claramunt, [El País, 10 de diciembre de 2013]
La
Abogacía del Estado rebatía esta semana los argumentos por los que unos padres
se oponen a que su hija reciba clases de Educación para la Ciudadanía. Imagino
que los miedos que impulsaron a esa pareja a llevar este asunto hasta el
Tribunal Constitucional han sido alimentados durante todos estos años por la
Iglesia, que no ha dejado de insistir en la peligrosidad de la asignatura, y
por el Partido Popular, que llevó hasta el patetismo su oposición, haciendo que
en la Comunidad Valenciana se impartiera en inglés. Pero también hay un
componente de soberbia paterna. Y esa soberbia no tiene ideología, está
asentada sobre la vanidad de creer que puedes insuflarle a tu hijo todo tu
pensamiento, para que lo herede,
para que sea un ser a tu imagen y semejanza. Los temores que provoca dicha
asignatura están claros. El sexo, cómo no, en primer lugar. El miedo a que se
reconozca verbalmente que se puede llamar familia a la que está bajo el amparo
de dos personas del mismo sexo; que se puede llamar matrimonio a dos personas
del mismo sexo (igual que se puede llamar hijo a un hijo no biológico); el
miedo a que la exposición a la realidad homosexual inocule la
"enfermedad" de la homosexualidad en los niños; el miedo a que el
niño quede expuesto al principio básico de la democracia, el de igualdad.
Terror a que los niños reciban en la escuela unas ideas opuestas al
adoctrinamiento casero. O simplemente el temor a que sean informados. Padres
que por sus hijos MA-TAN. Al fin y al cabo, aunque a Belén Esteban y a
estos padres temerosos de la diversidad del mundo les mueva una moral bien
distinta, hay un elemento poderoso de unión: el que lleva a creer que un hijo
es una propiedad más del progenitor y que cualquier cosa que entre en su
cabecita debe ser fiscalizada por el padre.
Me gustaría saber cuántos de esos padres que se echaron las manos a la cabeza
por una asignatura escolar permiten que a sus hijos les eduque un reality show,
que también contiene un gran principio de educación para la ciudadanía: aquel
que defiende que la manera más rápida de ganar dinero consiste en salir
haciendo el zángano en la televisión. Me puedo imaginar que para algunos padres
debe de ser duro aceptar que ellos no son la mejor influencia sobre la tierra
para sus hijos, o, al menos, que no debería ser la única. Pero los padres
respondemos a una maquinaria que se oxida pronto: de niños, los hijos nos
admiran; de adolescentes, nos cuestionan; de adultos, nos toman cariño y nos
llevan la contraria. Y qué tranquilizador es que nos discutan sin amargura, sin
resentimiento, que sepan que el amor es incondicional y que pueden defender su
propio criterio.
Cuando así sucede, la relación se vuelve tan dulce como cuando eran niños. En
cuanto a la sobreprotección, qué pedagógica resulta esa escena de Psicosis en
que Normas Bates afirma: "El mejor amigo de un muchacho es su madre".
Y no hay más que ver cómo acabó la cosa.
Hijos
en propiedad, Elvira Lindo [El País, 2 de enero de 2011]
Que la familia está en crisis nadie se atreverá a
negarlo, por mucho que la iglesia católica intente disimular el desastre bajo
la capa de una retórica meliflua que ni a ella misma engaña, que muchos de los denominados valores tradicionales de
convivencia familiar y social se fueron agua abajo arrastrando consigo incluso
los que deberían haber sido defendidos de los
continuos ataques perpetrados por la sociedad altamente conflictiva en que
vivimos, que la escuela moderna, continuadora de la escuela antigua, la que,
durante sucesivas generaciones fue tácitamente encargada, a falta de mejor, de
suplir las fallas educacionales de los agregados familiares, está paralizada,
acumulando contradicciones, errores, desorientada entre métodos pedagógicos que
en realidad no lo son, y que, demasiadas veces, no dejan de ser modas pasajeras
o experimentos voluntaristas condenados al fracaso por la propia ausencia de madurez intelectual y por la dificultad de
formular y responder a la pregunta, esencial a mi entender: ¿qué ciudadano
estamos formando? El panorama no es agradable a la vista.
Singularmente, nuestros más o menos dignos gobernantes no parece que se
preocupan con estos problemas tanto cuanto deberían, tal vez porque piensan
que, siendo los dichos problemas universales, la solución, cuando llegue a ser
encontrada, será automática, para todo el mundo. No estoy de acuerdo. Vivimos en una sociedad que parece haber hecho de la
violencia un sistema de relaciones. La
manifestación de una agresividad que es inherente a la especie que somos, y que
hace tiempo pensamos que, por la educación, habíamos controlado, irrumpió
brutalmente de las profundidades en los últimos veinte años en todo el espacio
social, estimulada por modalidades de ocio que dieron la espalda al simple
hedonismo para transformarse en agentes condicionantes de la propia mentalidad
del consumidor: la televisión, en primer lugar, donde imitaciones de sangre,
cada vez más perfectas, saltan en chorros a todas las horas del día y de la
noche, los videojuegos que son como manuales de instrucciones para alcanzar la
perfecta intolerancia y la perfecta crueldad, y porque todo esto está ligado,
las avalanchas de publicidad de servicios eróticos a que los periódicos,
incluidos los más bienpensantes, dan las bienvenidas, mientras las páginas
serias (¿lo son algunas?) abundan hipócritamente en lecciones de buena conducta
a la sociedad. ¿Que estoy exagerando? Explíquenme entonces como hemos llegado a la situación de que muchos padres
tengan miedo de los hijos, de esos gentiles adolescentes, esperanza del mañana, en quienes un “no” del padre o de la madre,
cansados de exigencias irracionales, instantáneamente desencadena una furia de
insultos, de vejámenes, de agresiones. Físicas, para que no queden dudas.
Muchos padres tienen sus peores enemigos en casa: son sus propios hijos.
Ingenuamente, Rubén Darío escribió eso de “juventud, divino tesoro”. No lo
escribiría hoy.
Enemigos en casa, José Saramago [Otros Cuadernos de
Saramago, 2 de octubre de 2008]