domingo, 26 de enero de 2014

Was für Bürger erziehen wir?



Esta imagen fue tomada el sábado 18 de enero de 2014 en la plaza de la catedral de Colonia.

La "insuficiente" educación sexual de unos adolescentes cada vez más precoces
  • Expertos en salud sexual echan en falta una educación sexual más completa
  • La edad de iniciación en el sexo en España se sitúa en los 17 años
  • Preocupa la mala utilización o uso "inconsistente" de los preservativos
  • Aumentan enfermedades de transmisión como las clamideas o sífilis
Unas 11.000 adolescentes se quedan embarazadas al año en España, según el Ministerio de Sanidad, por no usar o usar mal los métodos anticonceptivos, mientras que las enfermedades de transmisión sexual crecen entre los más jóvenes.
Cuentan con la información pero no con la formación y educación sexual adecuada, dicen varios expertos en la materia, que perciben una "relajación preocupante" a la hora del uso del preservativo.
La edad media de iniciación sexual en España se sitúa en los 17 años, según el Informe Juventud en España 2012 (Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad), del que se desprende que el porcentaje de jóvenes que ha tenido su primera relación sexual antes de los 15 años ha pasado del 5% en 2004 al 12% en 2012. 
Recientemente el Gobierno ha anunciado que se elevará desde los 13 hasta los 16 la edad mínima para mantener relaciones sexuales legales con adultos, pero lo cierto es que todos los estudios apuntan a unos adolescentes cada vez más precoces en el sexo pero no más formados en esta materia.

El condón es el método más utilizado por los adolescentes y jóvenes españoles (también por la población adulta) pero preocupa lo que los expertos denominan el uso "inconsistente" del preservativo.
Se da cuando no se emplea en todas y cada una de las relaciones o se usa una vez ya empezada la relación sexual.
El Informe de Juventud España 2012 refleja que en ese año el 81,7% de los jóvenes aseguró que usaba preservativo, mientras que en 2004 lo hacía el 83,1%. Según ese estudio, un 17,3% reconocía no haberlos usado en su última relación.
"Cuando hablamos de menores de 16 años, el uso del preservativo se reduce al 60% y muchos de los que lo utilizan lo hacen mal", según explica a RTVE.el presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal (FPFE), Luis Enrique Sánchez Acero.
"Con 14, 15 o 16 años piensan que a ellos no les va a pasar nada", asegura Sánchez Acero, quien señala que el índice de preocupación por las enfermedades de transmisión sexual es "muy bajo" entre los adolescentes españoles.
"La inmadurez a esas edades hace pensar que uno está libre de contagiarse de una enfermedad sexual y están muy equivocados. En las consultas vemos otra realidad", explica el doctor Vicente González Navarro, ginecólogo y presidente de la Sociedad Española de Contracepción (SEC).
El microbiólogo y portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas (SEIMC), Fernando Vázquez Valdés, va más allá y asegura a RTVE que los adolescentes usan el preservativo casi en exclusiva por el miedo al embarazo. No son conscientes del riesgo de las enfermedades de transmisión sexual.
Muestra su preocupación por el aumento de casos de clamidias y sífilis. "La infección por clamidias entre los 15 y 24 años es una marcador de actividad sexual muy importante que nos hace concluir que hay una gran actividad sexual en estas edades y que la protección es más que insuficiente", afirma el doctor Vázquez, quien también habla de un repunte en la infección por VIH.
"Ha pasado el miedo al sida y eso es muy peligroso", añade Vázquez.
El Consejo de la Juventud de España alerta de que el 80% de los nuevos casos de sida en España se produce por no tomar medidas de prevención.
Los adolescentes cuentan con una cantidad "ingente" de información sexual en internet pero no siempre es la información más adecuada, según explica a RTVE. Marisol Insua, pedagoga y coordinadora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de A Coruña. 
Además, esa información, añade, debe verse acompañada de educación y formación sexual adecuada que "haga entender desde el inicio de las relaciones sexuales la importancia del sexo en la vida y la necesidad de unas relaciones sanas y seguras". 
Desde la Federación de Planificación Familiar aseguran que los jóvenes primero hablan de sexo con los amigos o buscan información en internet, en segundo lugar acuden a los servicios sanitarios y a sus profesores, y en tercer y último lugar, preguntan a sus padres.
Según el Informe Juventud España 2012, el 80% de las personas de entre 15 y 24 años dice no haber tenido conversaciones sobre sexualidad en casa durante la infancia. Sin embargo, el 86% también considera que existe "mucha o suficiente" información sexual.
Los motivos de consulta más habituales en los centros de planificación y salud sexual son los relacionados con situaciones de posible riesgo de embarazo (información sobre la píldora del día después, olvido de la píldora anticonceptiva y posibles situaciones de ineficacia del preservativo) e información sobre el VIH.
Los profesionales médicos consultados aseguran que los padres aún no saben cómo enfrentar estas conversaciones con sus hijos.
"Si desde pequeños nuestros padres nos hablan de hábitos alimenticios y comportamientos adecuados en cualquier ámbito de la vida, por qué no lo hacen en relación al sexo", se pregunta la coordinadora del centro joven, quien dice que se encuentra con padres y madres que quieren hablar de sexo con sus hijos y no saben cómo hacerlo.
"No puedes pretender hablar con tu hijo de 13 o 14 años de la masturbación cuando ya se está iniciando en las relaciones sexuales plenas", asegura la pedagoga.
Desde el Consejo de Juventud de España, la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas, la Federación de Planificación Familiar Estatal y la Sociedad Española de Contracepción echan en falta planes de educación sexual en las aulas con personal cualificado.
"Falta un plan general de educación a lo largo de toda la etapa educativa", se lamenta el ginecólogo y presidente de la Sociedad Española de Contracepción.
El presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal señala que "en muy pocos casos el profesorado tiene la formación adecuada y que la voluntad de cada centro es la que hace que se imparta o no este tipo de educación".
Aboga por la creación de centros de referencia de información y educación sexual, tal y como recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Es una de las grandes asignaturas pendientes en España. La educación sexual es vaga y muy centrada en aspectos biológicos y los adolescentes necesitan la figura del educador sexual", asegura a RTVE Ricardo Ibarra, presidente del Consejo de Juventud de España, quien critica la nueva ley educativa LOMCE, que, en su opinión, no mejora la educación sexual.
Los propios profesores reconocen que la educación sexual enmarcada en los centros educativos varía mucho de unas comunidades a otras, según ANPE. Desde este sindicato de docentes han explicado a RTVE que en algunas regiones esta educación se enmarca en el currículo de Ciencias de la Salud y en otras, forma parte de Educación para la Ciudadanía.
Cada centro también tiene autonomía para abordar el tema a través de talleres y clases específicas impartidas por otros profesionales.
ANPE señala que la educación sexual se imparte en la etapa de educación secundaria y que en la etapa primaria la educación sexual se aborda "muy someramente" y en los últimos cursos.
La coordinadora del Centro Joven de Anticoncepción y Sexualidad de A Coruña, Marisol Insua, cuenta cómo muchas de las consultas sexuales de los adolescentes tienen que ver con sentimientos, emociones, miedos, prejuicios, tabúes y aspectos relacionados con la igualdad entre hombres y mujeres.
Insua pone como ejemplo el número elevado de chicas adolescentes que acuden preocupadas porque no tienen orgasmos: "Son personas muy jóvenes con un alto grado de frustración. Esto es vital para su desarrollo, su autoestima y su empatía. Son cuestiones que se tienen que tratar con los chicas y chicas".
Hablar de sexo no es solo hablar de métodos anticonceptivos y prevención de embarazos. "Hay que abordar los ramalazos machistas que vemos en las relaciones adolescentes, el repunte de homofobia en las aulas, problemas con la identidad sexual o del consumo de pornografía entre los adolescentes que confunde lo que son las relaciones sexuales", explica a RTVE Insua.
El presidente de la Federación de Planificación Familiar Estatal también destaca la importancia de enseñar a los adolescentes cómo conseguir relaciones "sanas, seguras y placenteras", al igual que el responsable del Consejo de Juventud de España quien opina que hay que abordar "sin miedo y con naturalidad" cuestiones afectivas cuando hablamos de sexo y eliminar muchos tabúes aún presentes en nuestra sociedad.
La “insuficiente” educación sexual de unos adolescentes cada vez más precoces, María Menéndez [RTVE.es, 15 de septiembre de 2013]
La derecha ha bloqueado una iniciativa del Parlamento Europeo sobre salud sexual y reproductiva. Los votos de los grupos conservadores han conseguido que la Eurocámara rechace por segunda vez un informe que pretendía garantizar el acceso de las mujeres a un aborto legal y seguro, así como la inclusión de la educación sexual en la enseñanza obligatoria. Con 334 votos a favor, 327 en contra y 35 abstenciones, la Eurocámara ha aprobado una resolución alternativa, propuesta por el Partido Popular Europeo y el grupo de Conservadores y Reformistas (euroescépticos), que vacía por completo el contenido del informe y apoya que la educación sexual siga siendo competencia de los Estados miembros, lo que excluye orientaciones comunitarias al respecto.
Con el fin de evitar el voto en contra, antes de la segunda votación, la Comisión para la mujer había eliminado del texto original dos párrafos controvertidos para los grupos contrarios. Uno hacía referencia a una educación sexual “sin tabúes e interactiva entre estudiantes y educadores” y otro que garantizar el acceso “a tratamientos de fertilidad y reproducción asistida para mujeres solteras y lesbianas”. A pesar de esas concesiones, el texto ha sido apartado con la aprobación de la resolución alternativa. El documento, conocido como informe Estrela por Edite Estrela, la eurodiputada socialista que lo ha redactado, reclamaba que los servicios de aborto fueran “legales, seguros y accesibles, dentro de los sistemas de salud pública de los Estados miembros” y que las mujeres que se hayan sometido a un aborto no sean perseguidas por la justicia si el país donde se lo hayan realizado --o su país de origen-- lo prohíbe.
La derecha europea tumba un informe sobre Educación sexual en la Eurocámara, Esperanza Escribano Claramunt, [El País, 10 de diciembre de 2013]
La Abogacía del Estado rebatía esta semana los argumentos por los que unos padres se oponen a que su hija reciba clases de Educación para la Ciudadanía. Imagino que los miedos que impulsaron a esa pareja a llevar este asunto hasta el Tribunal Constitucional han sido alimentados durante todos estos años por la Iglesia, que no ha dejado de insistir en la peligrosidad de la asignatura, y por el Partido Popular, que llevó hasta el patetismo su oposición, haciendo que en la Comunidad Valenciana se impartiera en inglés. Pero también hay un componente de soberbia paterna. Y esa soberbia no tiene ideología, está asentada sobre la vanidad de creer que puedes insuflarle a tu hijo todo tu pensamiento, para que lo herede, para que sea un ser a tu imagen y semejanza. Los temores que provoca dicha asignatura están claros. El sexo, cómo no, en primer lugar. El miedo a que se reconozca verbalmente que se puede llamar familia a la que está bajo el amparo de dos personas del mismo sexo; que se puede llamar matrimonio a dos personas del mismo sexo (igual que se puede llamar hijo a un hijo no biológico); el miedo a que la exposición a la realidad homosexual inocule la "enfermedad" de la homosexualidad en los niños; el miedo a que el niño quede expuesto al principio básico de la democracia, el de igualdad. Terror a que los niños reciban en la escuela unas ideas opuestas al adoctrinamiento casero. O simplemente el temor a que sean informados. Padres que por sus hijos MA-TAN. Al fin y al cabo, aunque a Belén Esteban y a estos padres temerosos de la diversidad del mundo les mueva una moral bien distinta, hay un elemento poderoso de unión: el que lleva a creer que un hijo es una propiedad más del progenitor y que cualquier cosa que entre en su cabecita debe ser fiscalizada por el padre. Me gustaría saber cuántos de esos padres que se echaron las manos a la cabeza por una asignatura escolar permiten que a sus hijos les eduque un reality show, que también contiene un gran principio de educación para la ciudadanía: aquel que defiende que la manera más rápida de ganar dinero consiste en salir haciendo el zángano en la televisión. Me puedo imaginar que para algunos padres debe de ser duro aceptar que ellos no son la mejor influencia sobre la tierra para sus hijos, o, al menos, que no debería ser la única. Pero los padres respondemos a una maquinaria que se oxida pronto: de niños, los hijos nos admiran; de adolescentes, nos cuestionan; de adultos, nos toman cariño y nos llevan la contraria. Y qué tranquilizador es que nos discutan sin amargura, sin resentimiento, que sepan que el amor es incondicional y que pueden defender su propio criterio. Cuando así sucede, la relación se vuelve tan dulce como cuando eran niños. En cuanto a la sobreprotección, qué pedagógica resulta esa escena de Psicosis en que Normas Bates afirma: "El mejor amigo de un muchacho es su madre". Y no hay más que ver cómo acabó la cosa.
Hijos en propiedad, Elvira Lindo [El País, 2 de enero de 2011]


Que la familia está en crisis nadie se atreverá a negarlo, por mucho que la iglesia católica intente disimular el desastre bajo la capa de una retórica meliflua que ni a ella misma engaña, que muchos de los denominados valores tradicionales de convivencia familiar y social se fueron agua abajo arrastrando consigo incluso los que deberían haber sido defendidos de los continuos ataques perpetrados por la sociedad altamente conflictiva en que vivimos, que la escuela moderna, continuadora de la escuela antigua, la que, durante sucesivas generaciones fue tácitamente encargada, a falta de mejor, de suplir las fallas educacionales de los agregados familiares, está paralizada, acumulando contradicciones, errores, desorientada entre métodos pedagógicos que en realidad no lo son, y que, demasiadas veces, no dejan de ser modas pasajeras o experimentos voluntaristas condenados al fracaso por la propia ausencia de madurez intelectual y por la dificultad de formular y responder a la pregunta, esencial a mi entender: ¿qué ciudadano estamos formando? El panorama no es agradable a la vista. Singularmente, nuestros más o menos dignos gobernantes no parece que se preocupan con estos problemas tanto cuanto deberían, tal vez porque piensan que, siendo los dichos problemas universales, la solución, cuando llegue a ser encontrada, será automática, para todo el mundo. No estoy de acuerdo. Vivimos en una sociedad que parece haber hecho de la violencia un sistema de relaciones. La manifestación de una agresividad que es inherente a la especie que somos, y que hace tiempo pensamos que, por la educación, habíamos controlado, irrumpió brutalmente de las profundidades en los últimos veinte años en todo el espacio social, estimulada por modalidades de ocio que dieron la espalda al simple hedonismo para transformarse en agentes condicionantes de la propia mentalidad del consumidor: la televisión, en primer lugar, donde imitaciones de sangre, cada vez más perfectas, saltan en chorros a todas las horas del día y de la noche, los videojuegos que son como manuales de instrucciones para alcanzar la perfecta intolerancia y la perfecta crueldad, y porque todo esto está ligado, las avalanchas de publicidad de servicios eróticos a que los periódicos, incluidos los más bienpensantes, dan las bienvenidas, mientras las páginas serias (¿lo son algunas?) abundan hipócritamente en lecciones de buena conducta a la sociedad. ¿Que estoy exagerando? Explíquenme entonces como hemos llegado a la situación de que muchos padres tengan miedo de los hijos, de esos gentiles adolescentes, esperanza del mañana, en quienes un “no” del padre o de la madre, cansados de exigencias irracionales, instantáneamente desencadena una furia de insultos, de vejámenes, de agresiones. Físicas, para que no queden dudas. Muchos padres tienen sus peores enemigos en casa: son sus propios hijos. Ingenuamente, Rubén Darío escribió eso de “juventud, divino tesoro”. No lo escribiría hoy.
Enemigos en casa, José Saramago [Otros Cuadernos de Saramago, 2 de octubre de 2008]


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